En marzo de 2020, el luchador mexicano Andrés Vargas consiguió en Ottawa, Canadá, una plaza olímpica para nuestro país en los Juegos a celebrarse este año en Tokio; sin embargo, meses después, el atleta fue denunciado por su expareja sentimental, acusado de violencia familiar.

Vargas ratificó su lugar en los Juegos Olímpicos al ganar el selectivo nacional en Guadalajara en la categoría de 77 kilogramos estilo grecorromano, competencia en la que pudo participar después de presentar un amparo federal.

Hoy en día la situación del luchador sigue en el aire y su asistencia a Tokio dependerá de que se resuelva su situación judicial.

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Guillermo Díaz Gutiérrez, presidente de la Federación de Medallistas de Luchas Asociadas, aclaró que las plazas para Juegos Olímpicos "no tienen nombre y son de México".

El funcionario explicó que la federación que preside está terminando de crear la Comisión de Honor de Justicia, explícitamente para que Andrés Vargas tenga audiencia y sea escuchado con el fin de tomar la resolución correspondiente. "La Comisión va a ser imparcial" a la hora de decidir si el atleta participará en Tokio o se queda en México, dijo Díaz Gutiérrez.

Andrés Vargas fue denunciado por su expareja por agresión, por lo cual fue acusado formalmente de violencia familiar. El abogado de Vargas, José Guzmán Rodríguez, reconoció que el luchador agredió a su expareja.

"No justifico su conducta por lo que hizo. Cometió un error por una bofetada y lo reconoció. No quedó impune. Hay una sentencia y se puso fin al proceso penal el 1 de marzo, seis días antes de salir victorioso en el selectivo y clasificatorio nacional".