AP.- Robinson Canó, quien pasó 17 temporadas en las Grandes Ligas jugando frente a todo tipo de aficionados al beisbol, siente que hay algo especial en su reciente paso por los Diablos Rojos de la Liga Mexicana de Beisbol. No está solo.
La liga de verano de México inaugurará su temporada número 100 el jueves con el objetivo de mantener el impresionante crecimiento en asistencia que comenzó tras la sorprendente participación de la Selección Mexicana en el Clásico Mundial de Beisbol de 2023 y que ahora ya supera a algunos clubes de futbol de la Liga MX.
Después de que la novena mexicana culminara en el tercer sitio del torneo del 2023, muchos aficionados ocasionales, algunos de ellos entusiastas del futbol decepcionados tras la eliminación de la Selección Mexicana en la primera ronda del Mundial de 2022 en Qatar, centraron su atención en el beisbol y muchos de ellos parecen haberse quedado en definitiva.
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“Nosotros siempre estamos buscando el crecimiento y esta temporada no va a ser diferente, especialmente por el aniversario 100. Nuestro crecimiento tiene que ver con el hecho de que no estamos vendiendo sólo béisbol, sino una experiencia completa”, dijo el presidente de la Liga Mexicana, Horacio de la Vega a AP.
En la Ciudad de México, la “experiencia del beisbol” se vive en el Estadio Alfredo Harp Helú, de 160 millones de dólares, inaugurado en marzo de 2019 y con capacidad para 20 mil personas. Aunque el estadio es pequeño en comparación con los estándares de la MLB, su atmósfera de carnaval es excepcional.
“Esta es una ciudad especial, donde la afición viene a cada partido sea de día o de noche. Como jugador, es una gran motivación ver el parque lleno de aficionados apoyando el beisbol”, declaró Canó a la AP.
El dominicano de 42 años, quien participó en ocho Juegos de Estrellas, jugó en Estados Unidos para cinco franquicias, entre ellas los Yankees de Nueva York. La temporada pasada fue clave para llevar a los Diablos Rojos al campeonato y recientemente acordó regresar para un segundo ciclo.
A lo largo de su carrera, Canó ha jugado para las Estrellas Orientales de la República Dominicana y ha participado en varias Series del Caribe, un torneo por equipos que se juega cada año en diferentes países de México y Centroamérica.
“El ambiente en el beisbol de México es parecido al de la Serie del Caribe, pero la diferencia es que allí juegas por tu país y es un torneo corto. Aquí, la temporada es larga y, aun así, la afición sigue ahí todas las noches”, dijo Cano.
La temporada pasada, los Diablos Rojos lideraron la asistencia promedio de la liga con 11 mil 694 espectadores, seguidos de los Toros de Tijuana (11 mil 354) y los Sultanes de Monterrey (nueve mil 92).
Los clubes de la Liga MX: Pachuca (10 mil 713), Santos de Torreón (nueve mil 421), Mazatlán FC (nueve mil, 522) y FC Juárez (ocho mil 980) tienen peor asistencia a pesar de jugar en estadios más grandes. El equipo con la mayor asistencia en la Liga mexicana de futbol es el Monterrey con 43 mil 544.
“Tenemos un gran grupo de dueños, aunque sean rivales en el campo. Fuera de él, trabajan como aliados y comparten todo tipo de cosas, desde cómo limpiar los baños hasta cómo tener mejores patios de comidas e incluso cómo vender cerveza”, dijo De la Vega.
La Ciudad de México cuenta con tres estadios de futbol: Ciudad de los Deportes, Olímpico Universitario y el Azteca, pero ninguno cuenta con excelentes instalaciones. Carecen de ascensores, escaleras mecánicas y ni siquiera existen patios de comida. El Azteca se encuentra actualmente cerrado por remodelaciones y podría tener todo eso para el Mundial de 2026.
Lo mismo ocurre en la mayoría de los demás estadios de la Liga MX. Los recintos más acogedores para la afición son el estadio BBVA en Monterrey y el Akron en Guadalajara. Ambos fueron elegidos para albergar partidos del próximo Mundial.
“Hemos estado creciendo de forma constante y, al ser esta una temporada especial, aspiramos a un récord de cinco millones de aficionados en asistencia total”, declaró De la Vega.
Tras el Clásico Mundial de Béisbol de 2023, cuatro millones 734 mil aficionados acudieron a los estadios de la Liga Mexicana. El año pasado, la cifra disminuyó, pero sólo en 93 mil aficionados.
Y la afición también es cada vez más joven. Según Othón Díaz, presidente de los Diablos Rojos, hace nueve años el 53 por ciento de la afición del equipo tenía 55 años o más y ahora el 74 por ciento tiene menos de 45. Además, promediaban tres mil aficionados por partido y ahora son más de 11 mil.