Con una fecha de regreso pactada, Grandes Ligas ahora se enfrenta a la dura realidad en ciertas ciudades donde los números del COVID-19 están volviendo elevarse. Por ejemplo en Houston, un miembro de la oficina de Salud dice que si la tendencia actual no se revierte pronto, podría no ser seguro disputar juegos.
La tasa de casos de coronavirus se está elevando en 15 de 27 ciudades con equipos de MLB, con brotes significativos en Phoenix y Houston, de acuerdo con el Mapa de Casos de COVID-91 de la Universidad de Stanford.
La rapidez con la que los brotes están aumentando ponen presión no sólo a la Liga para proteger a peloteros y staff, pero también en el gobierno que podría prohibir reuniones que impacten al beisbol.
En Texas, el gobernador Greg Abott volvió a imponer ciertas restricciones para negocios que ya habían reabierto, incluyendo bares y restaurantes al 50%. En California, el gobernador Gavin Newsom ordenó a un condado adyacente a San Diego que volvieran al modo de quedarse en casa. En Arizona y Florida, los gobernadores han continuado con sus planes de reapertura.
Abbott no ha sido claro en cómo puede ser afectado el beisbol, pues su orden dice que reuniones de 100 o más personas deben ser aprobadas por el gobierno, aunque parece que deportes, profesionales y colegiales estarán exentos.
Pero el Dr. David Persse, la autoridad en salubridad en Houston, dijo que no tendrá reparo en dar su opinión si considera que es peligroso que la MLB vuelva.
"Si la salud pública se ve amenazada, haré lo que tengo que hacer. Desde un punto de vista operacional, si considero que es una mala idea, diré lo que pienso", dijo Persse.
De acuerdo con el Centro Médico de Texas, la tasa de positivos pasó de 3 a 14% esta semana, lo que pone de manifiesto el tamaño del rebrote.
En Arizona, casa de los Diamantes, el gobernador Doug Ducey tiene la facultad de restringir deportes y otras actividades, pero no ha dado ninguna orden.
En un comunicado publicado el Viernes, Grandes Ligas dijo que sólo reanudará actividades en todo el país cuando sea seguro y consistente con los departamentos de salud.
Un ejecutivo de la Gran Carpa dijo que si las organizaciones y el gobierno deciden que no es seguro jugar en una ciudad, los equipos se moverán a otros estadios.
De acuerdo con Will Humble de la Asociación de Seguridad Pública de Arizona, la situación se ha deteoriorado rápidamente y la curva de crecimiento ahora se asemeja a la de Nueva York. Aunque afirma que que si los equipos siguen los protocolos de seguridad, los equipos no tienen nada que temer.
Florida, que tiene equipos en Miami y San Petersburgo, registró este fin de semana más de 9 mil casos.
"No creo que haya cambiado de parecer en cuanto a tener juegos aquí, tenemos la infraestrucutra para superar el embate", dijo el alcalde de Miami, Carlos Giménez.
Por su parte, el dueño de los Astros Jim Crane dijo que quería de vuelta a los aficionados, mientras el presidente de los Cachorros de Chicago, Crane Kenney dijo que esperaba que al menos una porción de aficionados pudiera ingresar al Wirgley Field.
Sin embargo, varios expertos siguen mostrando sus reservas a la idea de jugar partidos, con o sin público por igual.
"Lo que me preocupa no es el evento deportivo per sé, pero todo lo que sucede alrededor de éste", dijo Tara Kirk Sell, académica del Centro de Seguridad de Salud Johns Hopkins.
"Si tienes un juego de beisbol y tienes bares abiertos, la gente se va a congregar y eso puede ocasionar un súper brote", agregó.
Así, conforme el comienzo de las Grandes Ligas se acerca, surgen también muchas dudas sobre la viabilidad de llevar a cabo la temporada.