Dos carreras le bastaron a Liam Lawson para convertirse en el piloto con el peor arranque en la historia dentro de la escudería Red Bull Racing.
El neozelandés que ocupa el asiento de Sergio Pérez para la presente temporada de la Fórmula Uno y que aseguró que podía hacerlo “mucho mejor” que el mexicano, no suma puntos luego del Gran Premio de Australia y el de China.
Además, su desempeño ha sido calificado por la prensa internacional como “desastroso”, pues en Australia ocupó los lugares 16, 17 y 20 en las prácticas, además de que no superó la calificación, y un días después en la carrera abandonó tras impactarse contra el muro; mientras que este fin de semana la historia fue similar al ocupar los últimos lugares tanto en la carrera sprint como en la competencia (15).
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Aunado a las posiciones y a que no ha aportado nada para el Campeonato de Constructores, se ha salido de la pista, impactado contra el muro, ha tenido errores en Flying Laps y ha evidenciado una total incomprensión del auto RB21.
Pese a que la temporada está arrancando, el desempeño del neozelandés ya encendió las alarmas en Red Bull, desde donde se ha manifestado que “no era lo esperado” e incluso existen fuertes rumores de que podría perder su lugar sino mejora y el Gran Premio de Japón será su última prueba.
“Es difícil de manejar (el Red Bull), es difícil ponerlo en la ventana (de rendimiento ideal). Me encantaría decir que eso obviamente pasará con el tiempo, sólo que realmente no tengo tiempo de hacer eso”, dijo Lawson a los medios en China, luego de finalizar en la posición 15.
El piloto tiene un ambiente adverso a su alrededor debido a desplantes contra Checo Pérez el año pasado, como ‘pintarle dedo’ en el Gran Premio de México, o por sus declaraciones como “No vengo a hacer amigos, vengo a ganar”, “Es frustrante ver a pilotos que no dan resultados”, “No creo en estilos de manejo”, entre otras, palabras que prácticamente de inmediato lo están condenando.
Ante este panorama, Max Verstappen ha declarado que a su actual coequipero le iría mejor corriendo un auto de la filial de Red Bull, y el japonés Yuki Tsunoda ya levantó la mano para convertirse en su reemplazo.