EFE.- El Liverpool se sostuvo en el liderato de la Premier League tras superar al Chelsea (2-1), derrotado por el 'efecto Curtis Jones', agitador clave de un partido en el que evitó un tanto de Cole Palmer, provocó un penalti que transformó Mohamed Salah y marcó el gol de la victoria con el que su equipo sumó tres puntos clave en la pelea por el título.
Jones estuvo presente en casi todas las acciones importantes del choque. Sus aportaciones fueron decisivas para impulsar al Liverpool, que contestó a la victoria sobre la hora del Manchester City en el estadio del Wolves (1-2).
Los tres puntos que consiguieron los hombres dirigidos por Pep Guardiola obligaban a los 'Reds' a sumar una victoria para mantenerse en la primera plaza; y la derrota del Arsenal este sábado en su visita al Bournemouth (2-0) daba una opción al Chelsea de escalar hasta la tercera posición.
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Por eso, el duelo entre dos de los 'Big Six' del torneo tenía cierta trascendencia pese a estar todavía en la octava jornada del torneo.
Y, aunque los puntos se quedaron en Anfield, el Liverpool tuvo que sudar la gota gorda para acabar con la resistencia de un equipo que llegó a la cita en un gran estado de forma, tal vez en su mejor momento en mucho tiempo, con Enzo Maresca y Cole Palmer en plena efervescencia.
Ambos fueron elegidos mejor entrenador y mejor jugador del mes de septiembre, respectivamente y el cuadro londinense acumulaba siete encuentros oficiales sin perder, con victorias contundentes en estadios como el del Wolves (2-6) o el West Ham (0-3).
Algo ha cambiado en un equipo deprimido la temporada pasada pero con ilusiones renovadas en la actual. Su eficacia goleadora, 16 tantos en la Premier League, contrastaba con la seguridad defensiva del Liverpool, que sólo ha encajado un par de goles en los primeros compases de la Liga.
El técnico Arne Slot tiene motivos para estar satisfecho y por eso confió en casi todas las piezas que triunfaron la pasada jornada. Apenas hizo dos cambios: en el lateral izquierdo entró Andy Robertson por Kostas Tsimikas y Dominik Szoboszlai desplazó a Alexis Mac Allister en el centro del campo.
Maresca pudo dar galones a su capitán, Reece James, que apareció por primera vez en una alineación desde agosto, cuando fue titular en un amistoso ante el Real Madrid.
Recuperado de su lesión, dejó el lateral derecho para formar parte de una línea de tres centrales con Noni Madueke de lateral largo por un lado y Malo Gusto, con Marc Cucurella sancionado, apareció por el otro. En el centro del campo sorprendió con Roméo Lavia, que sentó en el banquillo a Enzo Fernández.
El belga agradó en su segunda titularidad del curso. No es tan buen distribuidor como el argentino, pero tiene gestos de centrocampista valiente. Acelera bien hacia arriba y es un buen conductor para salir en pocos segundos rompiendo líneas.
Precisamente, fue Jones quien se erigió como el gran protagonista del Liverpool. No sólo rescató a su equipo jugándose el pellejo para evitar un posible tanto de Palmer, sino que también provocó el único gol del acto inicial, obra de Mohamed Salah desde el punto de penalti. Fue derribado dentro del área por Levi Colwill y el egipcio, con un zurdazo seco y preciso, no falló desde los once metros.
Anfield no se divirtió en exceso con su equipo, pero aplaudió su sobrada solvencia. No sufrió apenas, por lo menos durante los 45 minutos iniciales, en los que además pudo aumentar su renta con un tanto anulado a Cody Gakpo por fuera de juego previo de Salah y con otra acción de Jones, que rozó otro penalti tras caer dentro del área derribado por Robert Sánchez. El árbitro, John Brooks, señaló la pena máxima, pero desde el VAR fue avisado para corregir su decisión.
El 1-0, a lo mejor excesivo para el Liverpool, lo anuló el Chelsea nada más salir de los vestuarios. Nico Jackson, que en la primera parte ya estrelló un disparo contra el palo tras asociarse con Moisés Caicedo, volvió entenderse con el ecuatoriano para empatar el duelo en un mano a mano frente a Caoimhín Kelleher. El ex del Villarreal celebró a lo grande su tanto, pero su alegría apenas duró tres minutos, los que tardó en aparecer de nuevo Jones para rematar a la red un centro de Salah.
El Chelsea, con poco más de media hora por delante para retener un punto, fue incapaz de generar ocasiones. Y Jones, sustituido al final y ovacionado por Anfield, se llevó toda la gloria con una actuación sobresaliente.