Un método a base de humedad para desinfectar los cubrebocas N95 demostró que se puede eliminar el virus SARS-CoV-2 y otro tipo de bacterias para reutilizar este tipo de cubrebocas hasta diez veces, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores canadienses.
El estudio, publicado en Canadian Medical Association Journal, señala que los investigadores utilizaron un método térmico 4 modelos comunes de cubrebocas N95, a los que sometieron a varias temperaturas y diferentes niveles de humedad para determinar si el virus y otras bacterias podrían detectarse en los cubrebocas tratados.
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De acuerdo con el estudio, los investigadores inocularon SARS-CoV-2 en cuatro modelos comunes de cubrebocas N95 y evaluaron la presencia activa del virus después de la desinfección térmica realizada durante 60 minutos a 70 ° C, con diferentes grados de humedad.
Para destruir las propiedades del virus, es decir, realizar la inactivación viral, se utilizó un método de calor húmedo mediante la microscopia electrónica de barrido, que consiste en utilizar un haz de electrones para iluminar la muestra. Sus aplicaciones van desde el control de fibras textiles (como en este caso) hasta la medicina forense o la geología.
“Los cubrebocas fueron sometidos a múltiples ciclos de desinfección térmica utilizando microscopía electrónica de barrido y para funciones de protección utilizando los estándares del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos para la eficiencia de filtración de partículas, resistencia respiratoria y ajuste del respirador”, se lee en el reporte de resultados.
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De acuerdo con los resultados de la investigación “Efecto del reprocesamiento por calor húmedo de los respiradores N95 sobre la inactivación del SARS-CoV-2 y la función del respirador”, se demostró que el método “térmico húmedo” (60 min, 70 ° C, 50% de humedad relativa), que además es de bajo costo, se puede aplicar 10 veces sin afectar la filtración de los cubrebocas, la resistencia a la respiración, el ajuste y la comodidad.
La investigación fue realizada por expertos del Instituto de Biomateriales e Ingeniería Biomédica y División de Cirugía Plástica y Reconstructiva, Hospital para Niños Enfermos (SickKids) de Toronto.
