Arturo Sarukhán señala que, con sus designaciones diplomáticas, el presidente Andrés Manuel López Obrador está rompiendo su promesa de campaña de que no sería como los gobernantes anteriores y no haría designaciones políticas en el servicio exterior mexicano.
Advierte que el presidente podría detonar tensiones diplomáticas innecesarias por tachar de Santa Inquisición a la cancillería de Panamá por rechazar el nombramiento del historiador Pedro Salmerón, acusado de acoso sexual.
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