Luego de que hombres armados despojaron de sus pertenencias a alumnos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) en las instalaciones de la Escuela de Enfermería, número 2, el rector Javier Saldaña Almazán aseguró que los planteles tendrán vigilancia federal y estatal.
“Tenemos vigilancia permanente, aquí toda CU, de la Guardia Nacional y de la policía del estado”, sostuvo. Añadió que harán las gestiones necesarias para que se lleve a cabo la reconstrucción de la barda por la que ingresaron los delincuentes.
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Saldaña Almazán admitió que, desde enero pasado, las 10 escuelas que integran la UAG se quedaron sin seguridad. Señaló que el sindicato tiene supervisores y que ellos se encargan de cuidar las instalaciones.
Ayer, un grupo de hombres armados ingresó a la Escuela de Enfermería y despojaron de sus celulares a al menos seis estudiantes, sin que se registraran lesionados.
El rector reconoció que la UAG no cuenta con los recursos suficientes para solventar los gastos de seguridad, pero que ahora van a destinar recursos para reforzar algunas medidas, como la reconstrucción de las bardas perimetrales y la instalación de cámaras de videovigilancia.
“Tener seguridad nos cuesta casi 30 millones y, obviamente, teníamos muchas deudas con los cuidados, con el pago de pensiones”, detalló Saldaña.
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“Lo que vamos a hacer es redireccionar un poco el tema para salvaguardar a los estudiantes y en estos dos meses que los jóvenes se van, meteremos cámaras, se va a arreglar los circuitos de cada escuela, las bardas y poner atención. Ayer tomó nota la Guardia y Seguridad Pública y se les proporcionarán las cámaras para ver quiénes son”, explicó.
Guerrero sufre una ola de violencia que se ha incrementado en los últimos meses. Tan sólo el pasado 10 de junio, nueve personas resultaron lesionadas a causa de una explosión registrada en el Zócalo de Acapulco.
La Fiscalía del estado aseguró que el estallido no habría sido provocado por una bomba o algún artefacto de fabricación casera, sino por la supuesta acumulación de combustible. Dos días después, en esa misma zona fue dejada una cabeza humana dentro de una hielera desechable.
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