Xabi Alonso celebra con sus jugadores el histótico logro del Leverkusen. (Foto: Reuters).
EFE.- Campéon desde hace semanas, a la vista las dos finales que le quedan de la Europa League y la Copa de Alemania, el Bayer Leverkusen completó este sábado la Bundesliga como un equipo invicto, tras doblegar con más celeridad que autoridad al Augsburgo en el Bay Arena (2-1).
Mientras el miércoles aspirará al título de la Europa League -contra el Atalanta– y el sábado que viene se medirá al Kaiserslautern por la Copa, el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso mantiene su ritmo inalterable e imparable: 51 partidos invicto entre todas las competiciones, con 42 victorias, nueve empates, 143 goles a favor y sólo 39 en contra.
Unos números increíbles. Un año impecable. En concreto en la Bundesliga, sumó 90 de los 102 puntos, con 28 triunfos y 6 igualadas.
Su mérito es formidable. Al poderoso Bayern Munich, el ganador inalcanzable de las últimas once Bundesligas, lo superó en 18 puntos. Al Stuttgart en 17. Al Leipzig, cuarto, en 25. Y al Borussia Dortmund, quinto y finalista de la Champions League, en 27. Es la superioridad absoluta por la que se ha movido el primer título de la Bundesliga de su historia.
Ni siquiera sus cuatro empates en los siete encuentros más recientes proponen ninguna duda sobre el momento del invicto Bayer Leverkusen, que este sábado, entre las ganas de fiesta de su hinchada, en el merecido homenaje a su Bundesliga, a la espera de las dos finales, se deshizo del Augsburgo con la misma superioridad que desprende su diferencia en la tabla.
En menos de media hora resolvió su victoria. Un trámite. Cierto que el primer gol fue un regalo de Koubek, el portero contrario. Su despeje lo interceptó Adli, que entregó el 1-0 a Boniface. Minuto 12. Cuarto de hora después, el 2-0 lo marcó Robert Andrich de tacón, tras un rebote dentro del área. Tres tiros a portería, dos goles y todo encarrilado.
El Augsburgo, sin nada en juego, resurgió de pronto. Entre la relajación del campeón, asomó sobre la portería de Hradecky, vencido por el joven Mert Konur.
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El 2-1, en el minuto 64, despertó al Leverkusen. Chocó entonces con algunas paradas de Kobel, en el fino filo de un gol de diferencia que mantenía en el aire su triunfo, mientras la afición aguardaba la fiesta final del campeón, que recibió el título, pero aún quiere más: la Europa League y la Copa de Alemania. El miércoles y el sábado. La ambición del ‘triplete’.
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