Historias olímpicas: Noé Hernández, de no tener dinero ni para los pasajes en Chimalhuacán a ser medallista de plata en Sídney 2000

Por Víctor Hugo Severino

Cuando no tenía dinero para el pasaje en el microbús, Noé Hernández tenía que caminar 17 kilómetros desde Chimalhuacán hasta el metro Pantitlán, debía atravesar la avenida Bordo de Xochiaca, un tiradero de basura municipal, una academia de policía, un reclusorio, un tianguis de autos y un sinfín de canchas de futbol de tierra sobre los camellones en los que a veces se ilusionaba con ser jugador de Primera División… Ese fue el entrenamiento cotidiano que lo convirtió años más tarde en medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 en caminata de 20 kilómetros.

Noé nació en Zinacantepec, Estado de México, el 15 de marzo de 1978; sin embargo, su familia decidió cambiarse de municipio, pero no de estado, fue entonces que recalaron en Chimalhuacán para aspirar a mejores oportunidades en una de las zonas conurbadas del entonces Distrito Federal. Comenzó a practicar la marcha a los 15 años y en 1994 ganó una prueba de fondo en Los Reyes La Paz en la que obtuvo 300 pesos de premio.

SE FRUSTRA SU SUEÑO CON TOROS NEZA

La madre de Noé, doña Felipa Valentín, recuerda que desde los ocho años era un férreo apasionado del futbol, le gustaba la portería y sus compañeros de equipo le llegaban a cooperar para los guantes y el uniforme ante la precariedad de su situación. Era el cuarto de cinco hijos y había prioridades en casa.

Hernández podía vivir muy lejos de la Ciudad de México, pero estaba muy cerca del estadio Neza 86, que hace colindancia con los límites de Chimalhuacán. Era el esplendor de los Toros Neza, equipo comandado por Antonio Mohamed, German Arangio, ‘Pony’ Ruiz, Federico Lussenhoff, ‘Piojo’ Herrera, Memo Vázquez y Pablo Larios.

Noé llegó a probar suerte en el cuadro burel: “Jugaba en las fuerzas básicas de Toros Neza. Tuve la oportunidad de debutar, pero unos gañanes me pidieron dinero. Si no tenía para comer, menos para pagar a alguien que me debute”, reconoció años más tarde en una entrevista para TV Azteca.

A LUCHAR CONTRA LA PRECARIEDAD

Luego de la desazón que le provocó el futbol, se centró de lleno en la caminata. Un profesor en la secundaria le vio cualidades, lo orientó y, como ya había ganado aquella prueba de fondo en Los Reyes, pudo viajar a San Luis Potosí ayudado por el ayuntamiento de Chimalhuacán, ahí quedó en el tercer lugar y ganó 500 pesos en 1994. Un año más tarde, fue segundo lugar en la carrera ‘José Pedraza’ que le hizo merecedor de una beca de la Escuela Mexicana de Caminata, aunque meses más tarde la institución desapareció.

Después de terminar la secundaria, Noé se inscribió en la Vocacional 10, aunque tuvo que abandonar los estudios ante lo demandante que comenzaba a ser en su vida dedicarse a la caminata. Para llevar algo de dinero a casa, además de mantenerse y poder comprarse lo que necesitaba para practicar su deporte, vendía figuras de unicel de personajes animados en los cruceros de Neza o la Ciudad de México, también laboró como albañil: “Me daban 50 pesos por colado”, recuerda.

AFERRARSE AL DEPORTE COMO SE PUEDA

En 1997 participó en la Olimpiada Juvenil y, aunque fue descalificado, conoció al entrenador Pedro Aroche que lo ayudó a ingresar a las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano. A partir de entonces, en Apodaca, Nuevo León, consiguió su pase al Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo, certamen que se llevaría a cabo en Barbados en el que se colgaría la medalla de oro en 1999.

Sin embargo, antes de viajar a los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, compitió en Bolivia, donde se lesionó y no contó con un doctor que lo atendiera. Para ese entonces recibía la beca Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA), pero era de los atletas que menos recursos gubernamentales recibían porque sus resultados a veces no le alcanzaban.

LA GLORIA ETERNA DE UNA MEDALLA OLÍMPICA

A pesar de todas las vicisitudes en el camino, Hernández llegó a Sídney 2000 casi en calidad de desconocido, era el tercero en jerarquía dentro del equipo de caminata, ya que Bernardo Segura había ganado medalla de bronce en Atlanta 96, mientras que Daniel García había logrado el oro en el Mundial de Atletismo en 1997.

Sin embargo, logró hacer una carrera muy consistente, pareja, se metió al grupo de los punteros e ingresó al estadio olímpico sólo por detrás de Bernardo Segura y del polaco Robert Korzeniowski, entonces Noé se había adjudicado el bronce. Pero cuando Segura hablaba vía enlace con Ernesto Zedillo, presidente de México, se dio cuenta que había sido descalificado, el de Polonia escaló al oro y Hernández a la plata con tan sólo 22 años.

@.de.tutti.frutti Descalificación de Bernardo Segura en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 #juegosolimpicos #sidney2000 #bernardosegura ♬ Sydney 2000 (Original Mix) – Morgan Everett & Morgan Everett

Hernández ya no pudo hablar ese día con Zedillo, pero sí lo hizo y de forma muy emotiva con sus padres. Se le quebró la voz y lloró al escucharles la voz a través del enlace, todos sus vecinos de Chimalhuacán estaban reunidos para escuchar las palabras del subcampeón olímpico hasta Australia: “Dale gracias a Dios, hijo, con mucho esfuerzo y con cinco pesos que yo te daba para tu pasaje, hijo”, le decía doña Felipa, visiblemente emocionada.

ADIÓS A LAS PISTAS

A pesar de los altibajos provocados por el cambio constante de entrenadores, Noé pudo brillar en el Campeonato Mundial de Atletismo de París en el que paró el cronómetro en 1:18.14 horas para quedarse con el cuarto lugar, ese fue el mejor tiempo de toda su carrera, ya que en la medalla en Sidney había hecho 1:19.03. A pesar de que en Francia se quedó fuera del podio por muy poco, se esperaba que pudiera llegar a Atenas 2004 en gran forma.

Pero no fue así, toda vez que en la justa helénica fue descalificado por ‘flotar’ durante la competencia, después se operó de la rodilla en el 2006 y ya no pudo tener el ritmo y la preparación que necesitaba para calificar Beijing 2008, razón por la cual decidió retirarse para ocupar un cargo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estatal como director del deporte.

TRÁGICO ATENTADO

El 30 de diciembre del 2012 recibió un impacto de bala en el cráneo luego de un tiroteo en el bar ‘La Reina de los Reyes’, en el municipio de La Paz, en el Estado de México. Fue trasladado al hospital de Neurotraumatología, en el que luego de varias operaciones, se indicó que había perdido el globo ocular izquierdo y el 70 por ciento de la vista en el ojo derecho.

A decir de los doctores, su recuperación parecía milagrosa al poder mover las extremidades de su cuerpo, obedecía las instrucciones del personal, comía, se bañaba sin ayuda y caminaba por el hospital tras haber salido del coma inducido: “Siento que tal vez iban por mí. Tiene mucho tiempo que me que me hablan por teléfono para decirme que me van a secuestrar, me han estado vigilando”, indicó el exdeportista al noticiero Primero Noticias el 9 de enero tras salir del hospital.

Sin embargo, apenas una semana después, el 16 de enero del 2013, a las 11:44 horas, Noé fue encontrado inconsciente en su casa de Chimalhuacán a causa de un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida y que dejó huérfanas a sus hijas Vianey y Vania Hernández Pedraza, además de viuda a Vianey Pedraza Mojica.

Con una inversión de 66 millones de pesos, el gobierno de Chimalhuacán inauguró en el 2016 una alberca olímpica con el nombre de Noé Hernández en honor del deportista que logró poner en lo más alto el nombre de uno de los municipios más marginados del país.

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Cuando no tenía dinero para el pasaje en el microbús, Noé Hernández tenía que caminar 17 kilómetros desde Chimalhuacán hasta el metro Pantitlán, debía atravesar la avenida Bordo de Xochiaca, un tiradero de basura municipal, una academia de policía, un reclusorio, un tianguis de autos y un sinfín de canchas de futbol de tierra sobre los camellones en los que a veces se ilusionaba con ser jugador de Primera División… Ese fue el entrenamiento cotidiano que lo convirtió años más tarde en medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 en caminata de 20 kilómetros.

Noé nació en Zinacantepec, Estado de México, el 15 de marzo de 1978; sin embargo, su familia decidió cambiarse de municipio, pero no de estado, fue entonces que recalaron en Chimalhuacán para aspirar a mejores oportunidades en una de las zonas conurbadas del entonces Distrito Federal. Comenzó a practicar la marcha a los 15 años y en 1994 ganó una prueba de fondo en Los Reyes La Paz en la que obtuvo 300 pesos de premio.

SE FRUSTRA SU SUEÑO CON TOROS NEZA

La madre de Noé, doña Felipa Valentín, recuerda que desde los ocho años era un férreo apasionado del futbol, le gustaba la portería y sus compañeros de equipo le llegaban a cooperar para los guantes y el uniforme ante la precariedad de su situación. Era el cuarto de cinco hijos y había prioridades en casa.

Hernández podía vivir muy lejos de la Ciudad de México, pero estaba muy cerca del estadio Neza 86, que hace colindancia con los límites de Chimalhuacán. Era el esplendor de los Toros Neza, equipo comandado por Antonio Mohamed, German Arangio, ‘Pony’ Ruiz, Federico Lussenhoff, ‘Piojo’ Herrera, Memo Vázquez y Pablo Larios.

Noé llegó a probar suerte en el cuadro burel: “Jugaba en las fuerzas básicas de Toros Neza. Tuve la oportunidad de debutar, pero unos gañanes me pidieron dinero. Si no tenía para comer, menos para pagar a alguien que me debute”, reconoció años más tarde en una entrevista para TV Azteca.

A LUCHAR CONTRA LA PRECARIEDAD

Luego de la desazón que le provocó el futbol, se centró de lleno en la caminata. Un profesor en la secundaria le vio cualidades, lo orientó y, como ya había ganado aquella prueba de fondo en Los Reyes, pudo viajar a San Luis Potosí ayudado por el ayuntamiento de Chimalhuacán, ahí quedó en el tercer lugar y ganó 500 pesos en 1994. Un año más tarde, fue segundo lugar en la carrera ‘José Pedraza’ que le hizo merecedor de una beca de la Escuela Mexicana de Caminata, aunque meses más tarde la institución desapareció.

Después de terminar la secundaria, Noé se inscribió en la Vocacional 10, aunque tuvo que abandonar los estudios ante lo demandante que comenzaba a ser en su vida dedicarse a la caminata. Para llevar algo de dinero a casa, además de mantenerse y poder comprarse lo que necesitaba para practicar su deporte, vendía figuras de unicel de personajes animados en los cruceros de Neza o la Ciudad de México, también laboró como albañil: “Me daban 50 pesos por colado”, recuerda.

AFERRARSE AL DEPORTE COMO SE PUEDA

En 1997 participó en la Olimpiada Juvenil y, aunque fue descalificado, conoció al entrenador Pedro Aroche que lo ayudó a ingresar a las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano. A partir de entonces, en Apodaca, Nuevo León, consiguió su pase al Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo, certamen que se llevaría a cabo en Barbados en el que se colgaría la medalla de oro en 1999.

Sin embargo, antes de viajar a los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, compitió en Bolivia, donde se lesionó y no contó con un doctor que lo atendiera. Para ese entonces recibía la beca Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA), pero era de los atletas que menos recursos gubernamentales recibían porque sus resultados a veces no le alcanzaban.

LA GLORIA ETERNA DE UNA MEDALLA OLÍMPICA

A pesar de todas las vicisitudes en el camino, Hernández llegó a Sídney 2000 casi en calidad de desconocido, era el tercero en jerarquía dentro del equipo de caminata, ya que Bernardo Segura había ganado medalla de bronce en Atlanta 96, mientras que Daniel García había logrado el oro en el Mundial de Atletismo en 1997.

Sin embargo, logró hacer una carrera muy consistente, pareja, se metió al grupo de los punteros e ingresó al estadio olímpico sólo por detrás de Bernardo Segura y del polaco Robert Korzeniowski, entonces Noé se había adjudicado el bronce. Pero cuando Segura hablaba vía enlace con Ernesto Zedillo, presidente de México, se dio cuenta que había sido descalificado, el de Polonia escaló al oro y Hernández a la plata con tan sólo 22 años.

Hernández ya no pudo hablar ese día con Zedillo, pero sí lo hizo y de forma muy emotiva con sus padres. Se le quebró la voz y lloró al escucharles la voz a través del enlace, todos sus vecinos de Chimalhuacán estaban reunidos para escuchar las palabras del subcampeón olímpico hasta Australia: “Dale gracias a Dios, hijo, con mucho esfuerzo y con cinco pesos que yo te daba para tu pasaje, hijo”, le decía doña Felipa, visiblemente emocionada.

ADIÓS A LAS PISTAS

A pesar de los altibajos provocados por el cambio constante de entrenadores, Noé pudo brillar en el Campeonato Mundial de Atletismo de París en el que paró el cronómetro en 1:18.14 horas para quedarse con el cuarto lugar, ese fue el mejor tiempo de toda su carrera, ya que en la medalla en Sidney había hecho 1:19.03. A pesar de que en Francia se quedó fuera del podio por muy poco, se esperaba que pudiera llegar a Atenas 2004 en gran forma.

Pero no fue así, toda vez que en la justa helénica fue descalificado por ‘flotar’ durante la competencia, después se operó de la rodilla en el 2006 y ya no pudo tener el ritmo y la preparación que necesitaba para calificar Beijing 2008, razón por la cual decidió retirarse para ocupar un cargo en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) estatal como director del deporte.

TRÁGICO ATENTADO

El 30 de diciembre del 2012 recibió un impacto de bala en el cráneo luego de un tiroteo en el bar ‘La Reina de los Reyes’, en el municipio de La Paz, en el Estado de México. Fue trasladado al hospital de Neurotraumatología, en el que luego de varias operaciones, se indicó que había perdido el globo ocular izquierdo y el 70 por ciento de la vista en el ojo derecho.

A decir de los doctores, su recuperación parecía milagrosa al poder mover las extremidades de su cuerpo, obedecía las instrucciones del personal, comía, se bañaba sin ayuda y caminaba por el hospital tras haber salido del coma inducido: “Siento que tal vez iban por mí. Tiene mucho tiempo que me que me hablan por teléfono para decirme que me van a secuestrar, me han estado vigilando”, indicó el exdeportista al noticiero Primero Noticias el 9 de enero tras salir del hospital.

Sin embargo, apenas una semana después, el 16 de enero del 2013, a las 11:44 horas, Noé fue encontrado inconsciente en su casa de Chimalhuacán a causa de un paro cardiorrespiratorio que terminó con su vida y que dejó huérfanas a sus hijas Vianey y Vania Hernández Pedraza, además de viuda a Vianey Pedraza Mojica.

Con una inversión de 66 millones de pesos, el gobierno de Chimalhuacán inauguró en el 2016 una alberca olímpica con el nombre de Noé Hernández en honor del deportista que logró poner en lo más alto el nombre de uno de los municipios más marginados del país.

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