Foto: Cuartoscuro
El obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, fue secuestrado desde el pasado sábado cuando salió de un domicilio en el municipio de Jiutepec, Morelos, con rumbo al estado de Guerrero.
La Conferencia del Episcopado Mexicano confirmó que el obispo está desaparecido desde el pasado 27 de abril; además, exhortó a las autoridades a dar con el paradero del religioso.
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“La Conferencia del Episcopado Mexicano informa con profunda consternación sobre la desaparición de Monseñor Salvador Rangel Mendoza, obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, de quien se desconoce su paradero desde el día 27 de abril”, informó en un comunicado.
Apenas el pasado mes, el nombre de Salvador Rangel se comenzó a escuchar como parte de los esfuerzos de la Iglesia Católica en Guerrero para lograr una tregua entre los grupos delincuenciales de esa región.
En aquel entonces se supo también que su vida podría estar en peligro, pues una reunión con otros obispos y líderes de los grupos delincuenciales no resultó bien y eso lo puso en riesgo. Hasta el momento, las autoridades de Morelos no han confirmado oficialmente el estado de la investigación sobre la desaparición del obispo.
Salvador Rangel Mendoza ha acusado desde hace unos años la intromisión del crimen organizado en Guerrero.
Apenas, el pasado 15 de febrero, dijo en una entrevista con Carlos Loret de Mola, para Latinus que el crimen organizado controla el estado de Guerrero y que los grupos delictivos ya habían pactado para que ciertas candidaturas ganen en los próximos comicios del 2 junio.
El obispo también señaló que en las zonas de la entidad los cárteles Los Tlacos y Los Ardillos llegaron a una tregua en relación con los enfrentamientos que mantenían en Chilpancingo.
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“Yo quiero imaginarme que estuvieron presionados por parte del gobierno para hacer esta tregua, porque en estos días pidió la licencia la fiscal y despidieron al encargado de transportes, porque en el fondo el pleito era por los urvans y taxis”.
El obispo también destacó que los narcotraficantes piden puestos y “una cuota” a cambio del apoyo que le dan a las candidaturas.
En esa misma entrevista, el obispo también dijo que recibió amenazas desde hace dos meses porque “las autoridades se han molestado con las declaraciones que ha hecho” y destacó que los grupos organizados están actuando porque el gobierno no ha cumplido con sus acuerdos.
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