Foto: Twitter, Fiscalía de Sonora
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora informó este sábado sobre el aseguramiento de un almacén, en el municipio de Plutarco Elías Calles, que fue habilitado como taller para reparar y armar vehículos con blindaje artesanal, conocidos también como “monstruo”.
En un comunicado, difundido en redes sociales, la fiscalía indicó que el aseguramiento del almacén se dio por medio de una diligencia de cateo solicitada en seguimiento a un reporte del lugar y que se encontraron en el inmueble tres vehículos, dos armas largas y narcóticos.
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“En el interior de la bodega se encontró un vehículo de la marca RAM blindado tipo ‘monstruo’, con torreta para montar una ametralladora, una camioneta tipo pick-up de la marca Hummer H2, así como un vehículo Chevrolet Silverado”, señaló la fiscalía.
“Además, se aseguraron placas de acero balístico, plantas soldadoras, máquinas ensambladoras, punteadoras industriales, así como dos armas largas, cartuchos útiles, narcótico y una cubeta que contenía 78 artefactos ‘ponchallantas’, entre otros indicios”, agregó.
Asimismo, señalo que en el cateo participaron Elementos de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), en coordinación con personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Posteriormente, al cateo elementos de la Sedena también lograron logró el aseguramiento de otras dos camionetas que probablemente están relacionadas con los hechos cerca del área donde ocurrió el aseguramiento del taller.
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En enero, en Michoacán, fue descubierta una bodega que funcionaba como un taller de “camiones monstruo” del Cártel de Zicuirán, una de las 14 organizaciones criminales que operan en el estado, durante un operativo.
El taller estaba ubicado en la calle Carmen Ahumada, de la colonia El Mirador, donde los uniformados encontraron evidencias de que el Cártel de Zicuirán instalaba blindaje artesanal a vehículos de carga pesada, con los que hace frente a otras organizaciones criminales de la región.
En la bodega se aseguraron dos camionetas tipo pick-up, piezas automotrices de al menos una decena de vehículos, un rifle de asalto y dos kilogramos de marihuana.
El lugar estaba disfrazado como un taller de hojalatería y pintura automotriz, además, contaba con maquinaria industrial de corte y para soldadura de láminas de grandes calibres.
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