Por Eduardo Torres / Corresponsal
La Diócesis de San Marcos, en Guatemala, llamó a los gobiernos de México y Centroamérica a frenar las violaciones a los derechos humanos a los migrantes cometidos por el crimen organizado.
Durante la celebración del viacrucis y la recaudación de víveres para migrantes que están en tránsito en la franja fronteriza entre México y Guatemala, la pastoral de movilidad humana expresó que los gobiernos deben combatir la violencia que comete la delincuencia común y organizada en contra de extranjeros.
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“Las violaciones a la integridad de los migrantes no deben quedar impunes en nuestra región por donde transitan, por eso exigimos a los gobiernos locales e internacionales crear fuentes de empleos para ellos con salarios dignos”, señaló Bernabé de Jesús Sagastume Lemus, obispo de San Marcos.
Pidió diseñar una estrategia de ayuda que cubra las necesidades de las familias provenientes de muchos países del continente americano, así como de Asia y otras partes del mundo.
“Que el migrante no sea considerado como maleante y que no pierda sus derechos humanos por el hecho de ser indocumentado, condiciones que muchas veces son aprovechadas por el crimen organizado“, apuntó.
Los sacerdotes y activistas en Guatemala exhortaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización de los Estados Americanos (OEA), no ser indiferentes ni callar a las necesidades de los migrantes que sufren.
El llamado de la iglesia en Guatemala llega a pocos días que una nueva caravana con miles de migrantes se prepare para salir en ruta hacia el centro de México y, después, hacia la frontera con Estados Unidos.
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Según estimaciones del Centro de Dignificación Humana en Tapachula, al menos 30 mil migrantes están varados en la localidad en espera de poder avanzar hacia otras entidades de México.
El pasado 6 de marzo, tres migrantes ecuatorianos fueron encontrados muertos dentro de una casa de seguridad en Tapachula, donde permanecían en calidad de secuestrados. Tres más sobrevivieron al supuesto ataque de uno de los raptores.
La organización internacional 1800 Migrante denunció este hecho y señaló que en Chiapas y otras partes del país hay extranjeros secuestrados en manos de grupos criminales.
