Por José Gerardo Mejía y Amado Azueta
Como si el presidente Andrés Manuel López Obrador iniciara su cuarta campaña presidencial, su nombre, obra, legado y propuestas se convirtieron en el manto protector de la aspirante presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum.
En su primer día de actividad proselitista de la candidata de Morena y aliados, López Obrador fue invocado en nombre, obra, imagen y legado para cimentar el segundo piso de la Cuarta Transformación.
El Ejecutivo federal fue imagen cuando los organizadores comenzaron con la proyección de un video realizado antes de que ganara las elecciones del 2 de julio de 2018, cuando la plancha del Zócalo estaba medio llena.
En la grabación, López Obrador afirmó que sólo había dos opciones: o ganaba la presidencia o se iba a La Chingada, su rancho. Ganó al tercer intento, aunque antes, en 2006, se asumió como presidente legítimo con todo y gabinete.
El Ejecutivo federal fue invocado por Jesusa Rodríguez, Clara Brugada, candidata a la Jefatura de Gobierno, y sobre todo por Sheinbaum Pardo, oradoras en el mitin, quienes invocaron su nombre una decena de veces.
Además, en el caso de Sheinbaum, mencionó la palabra “presidente” en 13 ocasiones para ensalzar la labor de López Obrador al frente de la administración federal y el compromiso de aprobar las reformas constitucionales pendientes para elegir consejeros electorales, magistrados y sancionar a “jueces corruptos”.
“Sepa presidente, que el cierre de su gobierno será espectacular, porque una vez más con el pueblo de México, estaremos haciendo historia”, fue el mensaje de la candidata presidencial enviado a Palacio Nacional.
Incluso, la candidata de Morena, Partido Verde Ecologista de México y Partido del Trabajo, al presumir los programas de gobierno en materia de seguridad cuando fue Jefa de Gobierno de la CDMX, se plantó y movió sus brazos, igual que lo hace el actual jefe del Ejecutivo.
Sheinbaum inició su labor proselitista con el ofrecimiento de 100 compromisos para que en México haya una república democrática, honesta, libre, participativa, responsable, sana, fraterna, educadora, moderna, científica, lectora, cultural con vivienda, de y para las mujeres, con trabajo, salario justo y hasta con un satélite.
“Vamos a poner en órbita un satélite mexicano que va a contribuir a las comunicaciones”, aseguró al cierre de su discurso.
En la república que ofreció Sheinbaum a sus simpatizantes, el escritor Paco Ignacio Taibo II es el primer funcionario en asegurar que va a repetir en el cargo.
“Espero que Paco Taibo se quede en el Fondo de Cultura, para tener una república de lectores”, adelantó
“Consolidar” fue el verbo que más conjugó la candidata presidencial para refrendar su compromiso con la administración de López Obrador.
Tiempo de promesas como la que hizo el propio López Obrador hace seis años y que quedó constancia en el video transmitido en la plaza del Zócalo cuando dijo que él buscaría que se hiciera justicia para los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
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En seis años, la promesa del presidente se convirtió en una manta colocada por los padres que exigen públicamente diálogo con el Ejecutivo federal para llegar a la verdad ofrecida luego de no ser recibidos, y que Sheinbaum Pardo no consideró en sus 100 compromisos de campaña.
