Xóchitl Gálvez, su pasión por Cruz Azul y una resistencia a prueba de todo: “Puedo cambiar de marido, pero nunca de equipo”

Xóchitl Gálvez
Gálvez Ruiz, apoyando a La Máquina en el Estadio Azul (Foto: Instagram @xochitlgalvez).
La candidata a la presidencia de México, quien hoy cumple 61 años de edad, es aficionada al conjunto celeste desde que era niña (1969).

Por Gerardo Martínez

Xóchitl Gálvez tiene un amor de hueso colorado, de índole familiar y que se tatuó desde los seis años: el Cruz Azul.

“Yo me tatué a Cruz Azul cuando tenía sólo seis años de edad. Por alguna razón yo estuve en 1969 en el Estadio de Jasso, Hidalgo, cuando fueron Campeones (por primera vez en Liga); estaba con mi Papá y mis dos hermanos en un remolque y a lo lejos veíamos el partido.

“Jugaba (Héctor) Pulido, (Fernando) Bustos, (Juan Manuel) Alejándrez, el Güero Cárdenas (Raúl) nos hizo Campeones y empezó la época de oro de Cruz Azul; no teníamos tele, pero lo seguíamos en el radio porque queríamos saber del equipo”, contó hace unos años la funcionaria pública en su podcast.

La pasión que destila por los celestes se ha forjado con incontables sinsabores y hasta un bloqueo en redes sociales por parte del ‘club de sus amores’.

Esto de la bloqueada sí me dolío porque de verdad deben tener muchos aficionados, pero al ser una figura pública, cuando pierde el Cruz Azul, no saben el bullying que recibo en redes sociales. Tengo que aguantar vara y salir a dar la cara”, dijo la empresaria en el 2017.

“Siempre he mostrado lealtad al equipo, siempre he mostrado pasión, amor y sí es una mala estrategia de alguien que maneja las redes sociales de manera inapropiada porque no puedes bloquear a alguien que te critica. Eso es parte del futbol y de los estados de ánimo”, agregó.

Gálvez Ruiz tuvo que sortear dolorosas derrotas, particularmente la Final del Clausura 2013, cuando La Máquina tenía ‘en un puño’ al América y terminó perdiendo un título más, en penaltis.

“El América me cae mal, es que nos ha hecho sufrir mucho”, señaló entre risas.

LA GLORIA DE LA NOVENA

En San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados, la otrora Senadora sesionaba con su playera cementera y se le veía continuamente con artículos relacionados al cuadro de La Noria, lo mismo un termo cafetero que un bolígrafo con el escudo y colores de ‘su Máquina’.

Una de las máximas glorias en su vida llegó el 30 de mayo de 2021, cuando Cruz Azul por fin pudo levantar un cetro liguero (el noveno de su historia) tras una sequía de más de 23 años.

Campeones. La rompimos, llegó la novena’ se leía en la camiseta de la también ingeniera,  mientras en su celular sonaba el himno cruzazulino.

“Eso es todo chingado”, gritaba a los cuatro vientos aquella noche en el Estadio Azteca.

“Estuvimos en el Ángel de la Independencia celebrando el título después de 23 años”, ‘presumió’ igualmente.

El año pasado, en entrevista con Latinus, Carlos Loret de Mola le preguntó a Gálvez si todavía le iba al Cruz Azul.

Hasta la muerte. Y hay que hacerle su estadio, ¿no?”, respondió.

DE REGRESO A LA PASIÓN

Desde que dejó sus labores en el Senado para hacerse precandidata a la Presidencia de la República y, posteriormente, tras inscribir su candidatura por la coalición Fuerza y Corazón por México, Gálvez, quien hoy festeja 61 años de vida, ha reaparecido en público en el balompié y no ha encontrado un mejor escenario para hacerlo que el Estadio Azul (Ciudad de los Deportes).

Ahí lanzó un par de frases contundentes el sábado anterior que explican su inconmensurable cariño por los cementeros, que de momento están jugando bien y marchan líderes del Clausura 2024 bajo la batuta de Martín Anselmi.

Podré cambiar de marido, pero no de equipo”, o bien: “Nunca le he llorado a un hombre, pero al Cruz Azul le he llorado 11 hombres”, apuntó.

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