Por Fernando Miranda
Oaxaca.– Trabajadores del gobierno estatal fueron retenidos por habitantes de la comunidad zapoteca de Santa María Coyotepec. Desde mediodía se encuentran encerrados en las instalaciones del cuartel de la Policía Estatal, cuyos accesos están bloqueados.
Los manifestantes acusan la invasión de tierras por las que mantienen una disputa con sus vecinos de Ánimas Trujano. Como forma de presión, impiden a los empleados estatales salir, la mayoría son mujeres.
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Además, los protestantes bloquearon la carretera 175, que comunica a la ciudad de Oaxaca con los destinos turísticos de la región Costa.
Según relataron los trabajadores, podrían ser hasta 300 las personas que mantienen cautivas y acusan que nadie del gobierno oaxaqueño se ha acercado para informarles el avance de las negociaciones para liberarlos. En tanto, autoridades estatales estiman en 100 el número de afectados
También acusan que los pobladores mantienen una actitud agresiva y que están armados con palos y machetes, por lo que temen por su seguridad, pues han amagado con golpear a quienes exigen que se les permita salir.
“Pedimos que aunque sea salgamos las mujeres y los hombres se queden, pero ni siquiera dejan salir a las mujeres”, señalaron algunos de los retenidos.
El gobierno de Oaxaca confirmó a Latinus que siguen tomados los accesos del edificio y dio a conocer que los manifestantes se niegan a dialogar la liberación de los trabajadores.
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Aunque al principio los pobladores de Santa María Coyotepec exigían la presencia de Jesús Romero López, titular de la Secretaría de Gobierno y encargado de la conciliación de conflictos por tierras, los reclamos han escalado y algunos ahora exigen dialogar personalmente con el gobernador morenista Salomón Jara Cruz.
En Oaxaca, de acuerdo con datos oficiales, existen 280 conflictos agrarios entre comunidades, de los cuales 23 se consideran de “alto riesgo” y 51 de riesgo medio. Sólo durante 2023 las pugnas limítrofes dejaron 24 personas asesinadas, 14 de ellas en dos masacres cometidas en menos de 72 horas en noviembre pasado, ambas en la región Mixteca y con armas de alto poder.
