Por Alina Navarrete Fernández/ Corresponsal
Guerrero.- El World Central Kitchen (WCK) se despidió de Guerrero luego de estar ocho semanas en Acapulco y Coyuca de Benítez asistiendo a los damnificados por “Otis”, sin haberse reunido con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
La organización fundada por el chef José Andrés sirvió 5.3 millones de comidas, proporcionó más 308 mil galones de agua, distribuyó 750 toneladas de productos secos, se asoció con 127 proveedores locales y contrató a 300 personas locales para ayudar a los afectados.
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El WCK no se limitó a la entrega de comida en las localidades, sino que también reparó el puente que da acceso a Barrio Nuevo La Laja, municipio de Coyuca de Benítez, donde los habitantes estuvieron incomunicados, aislados, más de cinco días tras el embate del huracán.
A los pescadores de El Embarcadero, el WCK les proporcionó equipo que perdieron a consecuencia de “Otis” y a también fue clave para la reactivación de las tortillerías, principalmente en Acapulco.
El pasado 14 de diciembre la organización celebró posadas en las comunidades Amatillo y Laguna del Quemado, en Acapulco, con comida, piñatas, aguinaldos e incluso, repartió 120 despensas para que las familias contaran con lo necesario para pasar una feliz Navidad.
La labor titánica del WCK no pasó desapercibida para las autoridades, pero a pesar de que la organización buscó una reunión con Evelyn Salgado mediante el titular de la Secretaría de Turismo Estatal, Santos Ramírez Cuevas, el encuentro no se concretó.
De acuerdo con la coordinadora Maribel Moreno, fueron el senador Manuel Añorve Baños y su familia, quienes apoyaron al personal de WCK para que pudieran llegar a Acapulco e instalarse dos días después de que “Otis” tocó tierra en el puerto.
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Además, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC) y la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) también intervinieron para apoyar a la organización con la instalación de las cocinas, así como para resguardar las bodegas y al personal que trabajó arduamente para llevar comida caliente a los damnificados.
En un comunicado la organización se despidió de Guerrero: “Nunca es fácil decir adiós a los nuevos amigos, pero las comunidades a las que servimos están en el camino hacia una recuperación a largo plazo y el apoyo de WCK ya no es crítico”.
