EFE.- Familiares de varios rehenes en manos de Hamás pidieron este martes que sus seres queridos sean liberados, durante un acto en el Congreso de Estados Unidos, en donde mañana empezará la votación del paquete económico del presidente Joe Biden, que incluye ayuda militar para Israel.
El presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja de Estados Unidos, Michael McCaul, dijo que “es muy triste ver a estas familias cuyos seres queridos están atrapados en el infierno, en Gaza”.
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El político republicano celebró que el alto el fuego entre el 24 y el 30 de noviembre permitiera que salieran 80 de esos rehenes.
Hamás y otras facciones palestinas liberaron a 105 rehenes —81 israelíes, 23 tailandeses y un filipino— en un intercambio de prisioneros con Israel, que puso en libertad a 240 palestinos, en su mayoría menores de edad y reos sin condenas.
McCaul lamentó que sólo dos de los rehenes liberados por Hamás fueran del grupo que tiene doble nacionalidad israelí y estadounidense, y aseguró que los ocho que quedan deben volver a casa.
Entre el grupo de familiares de los rehenes que este viernes estuvieron en el Congreso estuvo Gillian Kaye, madrastra en Sagui Dekel-Chen, uno de los estadounidenses que se cree está retenido por Hamás.
“Es padre de dos hermosas niñas de dos y seis años. Y mi nuera va a tener su tercera hija esta semana”, dijo Kaye, que explicó que desde el 7 de octubre, día de los ataques de Hamás en Israel, no saben nada de Sagui Dekel-Chen.
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Este miércoles, el Senado someterá a votación el paquete de ayuda promovido por la Casa Blanca de 105 mil millones de dólares, que incluye 14 mil 300 millones para Israel y 61 mil 400 para Ucrania, además de recursos para Taiwán y para la seguridad fronteriza.
El desacuerdo entre demócratas y republicanos en sus prioridades en política exterior ha impedido que el Congreso de Estados Unidos haya aprobado ayuda militar para Israel, tal y como la mayoría de sus políticos han prometido hacer.
Los republicanos han amenazado con bloquear la aprobación del paquete porque muchos no quieren seguir financiando a Ucrania y además buscan endurecer la política fronteriza a cambio de su eventual apoyo.
