Por Alina Navarrete Fernández / Corresponsal
Aunque las autoridades del gobierno de Guerrero informaron que se mantendrá la suspensión del 21 al 24 de noviembre en las escuelas donde no hay condiciones para reanudar el ciclo escolar, tras el paso de “Otis”, son las escuelas de las zonas rurales las más afectadas.
Este lunes, la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) anunció que a partir del martes se reactivarán las clases y actividades administrativas en las escuelas del sector público y privado de Acapulco y Coyuca de Benítez, “cuyas instalaciones no representen ningún riesgo para la comunidad educativa”.
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Las escuelas ubicadas en avenidas principales de Acapulco, como la Costera Miguel Alemán y Ruiz Cortines, así como en el Centro de la ciudad, no cuentan con agua, luz y aunque el personal se ha encargado de limpiar lo que puede en las instalaciones, con apoyo de padres de familia, no es suficiente.
En entrevista con Latinus, el director primaria “Manuel Ávila Camacho”, Rubén Solano, señaló que necesitan de la ayuda de maquinaria pesada para retirar la basura y el polvo de la calle principal, señalando que los padres de familia se ven imposibilitados para hacerlo.
Para Irma Pintor, directora primaria “Ignacio Manuel Altamirano”, al igual que para Rubén Solano, lo principal es la seguridad de los alumnos y no está garantizada debido a los daños en las instalaciones: “La techumbre está también doblado, no podemos meter a los niños en esta inseguridad”.
La Secundaria Técnica 1 “Juan de Dios Bátiz” sufrió daños en las canchas, talleres, salones y su auditorio al aire libre; las láminas se estrellaron en los edificios y siguen incrustadas ahí.
Al igual que en las primarias, el personal de la secundaria se ha esforzado en mantener las instalaciones limpias, principalmente porque ahí instalaron un refugio que alberga a 27 familias, un comedor comunitario que atiende diariamente hasta a 600 personas y una potabilizadora de agua. Pero aun así, no está en condiciones de reanudar las clases.
La directora Ana Lilia Orozco pidió a Protección Civil y la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), así como a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el presidente Andrés Manuel López Obrador, “que nos puedan apoyar porque ya hemos sacado mucho escombro, pero ya no tenemos donde ponerlo”.
Aunado a las nulas condiciones para regresar a las escuelas, a los docentes les preocupa también cómo están las familias damnificadas, particularmente aquellas que perdieron todo en el huracán y optaron por mudarse de Acapulco.
De acuerdo con Irma Pintor, “algunas matrículas de algunas escuelas sí van a bajar porque muchos padres se fueron espantados por lo que pasó, un fenómeno natural de etapa 5 que nunca se había vivido aquí en nuestro puerto”.
La SEG informó que a la fecha se han reportado daños en 650 escuelas, de las cuales se han censado 509; tan sólo las dos primarias y la secundaria visitadas por Latinus cuentan con una matrícula que rebasa los 2 mil alumnos.
