Reuters.- Los admiradores de Taylor Swift acudieron el domingo a su esperado concierto en Río de Janeiro, el primero desde la muerte de una aficionada en unas condiciones sofocantes que obligaron a aplazar a último minuto la actuación del sábado.
Las temperaturas bajaron considerablemente el domingo, tras dos días de calor récord en la segunda ciudad más grande de Brasil. Los aficionados que se encontraban fuera del estadio Nilton Santos se mostraban recelosos tras el aplazamiento de la noche anterior, pero esperaban que el espectáculo siguiera adelante.
“Ayer hubo una cancelación, hoy estaba un poco preocupado, pero espero que todo salga bien. Hoy no hace calor, está fresco. Hay muchas expectativas de que todo salga bien”, dijo Iasmin Moreira Oliveira, frente a los vendedores que ofrecían paraguas e impermeables para protegerse de la lluvia.
El viernes, en la primera noche de la gira “The Eras Tour” de Swift en Río, Ana Clara Benevides, de 23 años, enfermó y murió en el hospital.
La tragedia llevó al gobierno federal a ordenar al organizador del evento, T4F, que garantice el acceso de agua en todos los conciertos de Swift en Brasil y emitió una directiva que permite llevar botellas de agua a todos los conciertos a partir de ahora.
T4F dijo el sábado que mejoraría su plan de acción para el evento, centrándose especialmente en proporcionar agua gratuita en las filas y en todas las entradas y salidas de los estadios, permitiendo la entrada con vasos de agua sellados, botellas de plástico flexibles y alimentos procesados sellados.
El aplazamiento del sábado, que Swift anunció apenas dos horas antes de salir al escenario, enfureció a muchos fans que ya habían hecho el viaje, algunos desde distintos estados y países, hasta el estadio.
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“Había gente llorando, gente haciendo berrinches, esperando que todo fuera mentira, en fin, fue terrible”, dijo el estudiante Victor Guimaraes, que el domingo volvía a hacer cola para ver la actuación de la cantante.
Intensas olas de calor, atribuidas al fenómeno de El Niño y al aumento de la temperatura global, han golpeado a varios estados brasileños, con temperaturas que superan los promedios históricos desde julio, según el Instituto Nacional de Meteorología.
