Foto: EFE
EFE.- Israel decidió no poner tope al número de camiones con ayuda que pueden entrar a Gaza, dijo este miércoles el jefe humanitario de Naciones Unidas, Martin Griffith, aunque aclaró que falta combustible para que los suministros vitales lleguen hasta los gazatíes y financiación internacional para esta operación.
“Tenemos los camiones, necesitamos combustible y financiación. Quiero que quede registrado cuáles son nuestras prioridades”, declaró el responsable humanitario, quien desmintió que la ONU no tenga un plan de cómo ayudar a la población en la Franja de Gaza.
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Precisó que de los mil 200 millones de dólares que la ONU ha solicitado para la crisis en Gaza, se han recibido apenas unos 30 millones.
Hoy entraron a Gaza 460 camiones y entre 23 mil y 24 mil litros de combustible, lo que equivale a media cisterna, frente a los 200 mil litros que la ONU considera necesarios para que la ayuda humanitaria pueda llegar hasta donde están quienes más la necesitan.
“El combustible es indispensable para tantas cosas y no sólo para el transporte, también para la desalinización del agua, el funcionamiento de los hospitales y la electricidad”, explicó.
Griffith sostuvo que el plan que las agencias humanitarias de la ONU tienen para Gaza es el estándar y con los mismos procedimientos aplicables a cualquier situación de guerra, como serían los casos de Ucrania o Sudán.
Por otra parte, el responsable humanitario defendió el derecho de los gazatíes de ir a donde lo desean y cuando lo desean, sin impedimentos y, más bien, con libertad de movimiento, a la vez que la ONU debe contar con las garantías de seguridad para llegar hasta ellos.
Para esto, dijo que debe funcionar plenamente en el caso de Gaza, lo que en jerga de la ONU se denomina “sistema de notificación humanitaria” y que consiste en detener las acciones armadas en lugares específicos para que la ONU pueda mover y repartir la ayuda.
De una reciente reunión que mantuvo con el ministro de Exteriores de Irán, Griffith comentó que hablaron sobre el riesgo de una expansión del conflicto entre Israel y Hamás hasta un nivel regional, “lo que no sería nada bueno”.
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