El 2024 en México: la llegada de una comandante suprema de las Fuerzas Armadas

Por Enrique Pons Franco

Imaginar a una mujer al frente de una nación, no sólo como presidenta, sino también como la máxima autoridad de las Fuerzas Armadas, es un hito que trasciende las barreras de género y desafía los moldes establecidos. Este cambio simboliza un paso significativo hacia la igualdad de género y un avance en la evolución de la sociedad. No se trata sólo de una cuestión de género, sino de capacidades, liderazgo y la capacidad de representar y dirigir a toda una nación. La designación de una mujer como la comandante suprema de México rompe con paradigmas arraigados y proyecta un mensaje potente: el liderazgo no conoce límites ni distinciones de género.

Este trascendental acontecimiento nos invita a repensar y redefinir nuestros conceptos de liderazgo. Es un recordatorio de que la fuerza y la determinación no tienen género, y que el progreso de una sociedad se cimenta en la diversidad y la inclusión. ¿Qué significa verdaderamente ser líder? ¿Cómo se redefine el papel de la mujer en posiciones de autoridad? Son preguntas que esta designación despierta y que nos invitan a reflexionar sobre la evolución de nuestras estructuras sociales y políticas.

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La llegada de una comandante suprema, una mujer a la cabeza del país y las Fuerzas Armadas, es un paso histórico que nos desafía a mirar más allá de las convenciones arraigadas. Es un llamado a redefinir nuestras percepciones y a reconocer que el cambio, aunque a veces desafiante, es esencial para el progreso y la equidad. Nos encontramos en un momento crucial, un momento que simboliza un paso hacia un futuro más igualitario, inclusivo y esperanzador para todos.

Dicho lo anterior, ¿está México preparado para tener una mujer al frente de la presidencia de la República? La respuesta es obvia: por supuesto que sí, desde siempre y todo indica que con la mesa puesta para que sean dos mujeres las que tengan las mayores posibilidades de optar al cargo en 2024, así será. En Latinoamérica ya ha habido varias presidentas.

La primera, Violeta Barrios (Nicaragua, 1990), seguida por Mireya Moscoso (Panamá, 1999), después Michelle Bachelet (Chile, 2006), Cristina Fernández (Argentina, 2007), Laura Chinchilla (Costa Rica, 2010) y Dilma Rousseff (Brasil, 2011). Ahora bien, para el caso mexicano, por las particularidades de nuestro diseño legislativo, quien ostenta el cargo de presidente de la República también ostenta el de comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el cual es ejercido por sí, o por conducto del secretario de la Defensa Nacional. Sobre esto quiero reflexionar hoy contigo.

Si bien dentro de la sociedad civil mexicana es poco probable que exista resistencia social, ideológica e incluso religiosa respecto que una mujer ocupe la presidencia de la República, no estoy tan seguro de que acontezca lo mismo en el ámbito militar, en especial, cuando dicho cargo conllevaría ser la comandante suprema de las Fuerzas Armadas. Por principio de cuentas, en nuestro país jamás una mujer ha sido titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Otro dato que resalta es, que a diferencia de otras legislaciones federales y de la propia Constitución (el artículo 52 distingue entre diputadas o diputados, o el 115, entre presidente o presidenta municipal), en las que poco a poco se ha incluido en lenguaje de género, en la legislación militar los cargos y mandos aún se mencionan en masculino (comandante en jefe, general, etcétera). Si bien puedes estar de acuerdo o no con el uso del lenguaje de género en las leyes y sus complejidades lingüísticas o gramaticales, es claro que esa tendencia aún no ha alcanzado a la normativa castrense.

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Ahora bien, yendo más a fondo sobre el tema, ¿te has preguntado por qué no hay mujeres al frente de la Sedena? Claro, la respuesta puede ser “porque no han querido”. Sin embargo, el análisis es un poco más complejo y, de hecho, es poco probable que en los próximos 12 años pueda haber una mujer como titular de esa dependencia estratégica. Lo anterior, porque la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea dispone que su alto mando lo ejercerá el secretario de la Defensa Nacional… el cual será un general de división del Ejército. Previo a que alguien llegue a ser general de división, debe haber ocupado el rango de general de brigada y previo a ello, general brigadier. Actualmente, en México no hay ninguna mujer con el rango de general de división, pero hay 39 hombres con dicho rango.

De igual forma, en el Ejército no hay una mujer en activo con la clase de general de división, o general de brigada, frente a 194 hombres en los mismos rangos; y con el rango de general brigadier solamente tres mujeres, contra 294 hombres. Dicho de otra forma, la posibilidad que una mujer pueda desplazar a un hombre para ascender al rango inmediato anterior de general secretario (general de división), es apenas del 1%, pues para ello tendría primero que superar a los 155 hombres restantes generales de brigada para estar en posibilidad de ser la primera general de división. Casi imposible.

Fuente: https://www.gob.mx/sedena/acciones-y-programas/preguntas-frecuentes-del-observatorio-para-la-igualdad-entre-mujeres-y-hombres-en-el-ejercito-y-fuerza-aerea-mexicanos?state=published

Lo anterior no quiere decir de forma alguna que exista una restricción legal para que una mujer ocupe determinada posición dentro de la escala de rangos militares; sin embargo, tomando en consideración que las primeras mujeres con el rango de general brigadier o brigada llegaron apenas hace dos años, y la Sedena surgió en 1937, aún falta mucho tiempo para poder ver casos como los de Estados Unidos (Christine Wormuth, 2021) o España (Carmen Chacón, 2008) donde mujeres han ocupado dichas carteras gubernamentales, aunado al hecho de que las mujeres que actualmente pudieran ascender a general de división no provienen de las escuelas de Guerra, sino de las escuelas de Medicina y hasta la fecha no se tiene registro de un general secretario con formación de médico, es decir, tienen formación militar de origen.

Así, mientras llega el momento de ver a una comandante suprema, nos leemos la próxima semana. Te espero en X (antes Twitter) como @enrique_pons.

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