Alina Navarrete Fernández / Corresponsal
Guerrero.- Los policías municipales de Coyuca de Benítez que fueron asesinados en la comunidad de El Papayo no tenían seguro de vida, por lo que sus familiares pidieron a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y al alcalde Ossiel Pacheco Salas ayuda para los trámites correspondientes.
Fuentes del ayuntamiento de Coyuca de Benítez confirmaron que los policías no contaban con el seguro que les fue ofrecido vía nómina, debido a que lo rechazaron.
Este martes, más de 24 horas después de la masacre en la que fueron asesinados el secretario de Seguridad Pública Municipal, Alfredo Alonso López, y el director de la Policía Preventiva, Honorio Salinas Garay, comenzó la entrega de cuerpos de las víctimas en el Servicio Médico Forense de El Quemado, en Acapulco.
Los familiares de las víctimas informaron que el alcalde les apoyó con los trámites y recursos para los gastos funerarios, pero con los ataúdes más económicos, tamaño estándar, no apto para los cadáveres de todos los policías; algunos optaron por pagar la diferencia.
En declaraciones, Leonor, madre de Rodolfo Avilés, uno de los 13 policías asesinados, contó que su hijo tenía apenas tres años en la corporación, y que su nuera quedó viuda con cuatro hijos de tres, seis, 10 y 14 años de edad, quienes dependían económicamente de su padre.
Dijo que su hijo de 43 años de edad era originario de El Platanillo, comunidad ubicada a una hora y media de la cabecera municipal. Supo del asesinato por otro policía que reportó los hechos.
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Leonor señaló que las familias no saben en qué situación laboral se encontraban los policías, es decir, si tenían o no el seguro, por lo que esperan que las autoridades les informen esta situación. “A la gobernadora (le pedimos) que nos ayude en estos casos, ellos le daban el saldo mínimo, para no tener todo eso: seguro ni prestaciones”.
En una entrevista oficial, sin abordar la violencia que dejó un saldo de 23 personas asesinadas ayer en distintos municipios, Evelyn Salgado condenó la masacre en Coyuca de Benítez y pidió a la Fiscalía General del Estado una investigación exhaustiva para “evitar que quede en la impunidad”.
Resaltó que el presidente Andrés Manuel López Obrador informó el despliegue de 300 elementos de la Guardia Nacional en Coyuca de Benítez, lo cual abona a “seguir garantizando la paz”.
Sin embargo, en un recorrido por la cabecera municipal y El Papayo sólo se observaron dos patrullas de la Guardia Nacional y otra más de la Marina; el ayuntamiento fue resguardado por la policía estatal y policía municipal, a pesar de que este martes se suspendieron las labores administrativas.
En tanto que el Ejército y la policía estatal instalaron dos bases de operaciones mixtas sobre la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, en las inmediaciones de El Papayo, donde ocurrió la masacre.
En el lugar donde fueron asesinados los policías, frente a la primaria “18 de marzo”, estaban cintas amarillas con la leyenda “Precaución”. Algunas casas, así como la escuela, tenían impactos de bala en las fachadas.
En el suelo aún se encontraba la sangre de los policías, cuyo olor penetrante atrajo un enjambre de moscas. En las paradas del transporte público había poca gente, en la primaria se suspendieron las clases y algunos comercios cerraron sus puertas.
A pesar de la alerta por el huracán “Otis“, las familias de las víctimas consideran que los policías merecen ser despedidos con un homenaje en reconocimiento a su labor, por haber muerto en defensa de Alfredo Alonso.
