Residuos eléctricos y electrónicos contienen materias primas estratégicas recuperables, aseguran expertos

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Foto: Cuartoscuro

EFE.- Muchos de los residuos eléctricos y electrónicos que se acumulan en los hogares contienen materias primas estratégicas recuperables, cuya demanda sigue en aumento porque son fundamentales para la transición energética, la industria, la tecnología, la industria aeroespacial y de defensa, entre otras.

Juguetes, bicicletas, herramientas —todos electrónicos— o memorias USB, entre otros objetos, son comunes en los hogares y pasan desapercibidos para los consumidores, pero constituyen la sexta parte de los residuos electrónicos en masa y de los que se podría recuperar hasta 10 mil millones de dólares en materias primas esenciales.

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Son datos de un informe de WEEE Forum, asociación internacional de Organizaciones de Responsabilidad del Productor para residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), que aglutina a 50 miembros de 33 países, en vísperas de la celebración del sexto Día de los Residuos Electrónicos, el 14 de octubre.

Según el documento, con datos del 2022 recopilados por el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR), excluyendo los cables, India, con mil 240 millones de kilogramos de este tipo de residuos y 3 mil 397 millones de objetos, lidera la clasificación de este tipo de basura.

Al país asiático le sigue Francia (169 millones de kilogramos y 284 millones de piezas) y Gran Bretaña (164 millones de kilogramos y 302 millones de piezas); mientras España, en séptimo lugar del estudio de WEEE Forum, genera 86 millones de kilogramos de basura electrónica y 155 millones de piezas.

Cada año se adquieren unos 7 mil 300 millones de juguetes electrónicos, entre ellos, juegos de carreras de vehículos, trenes eléctricos, juguetes musicales, muñecas parlantes, drones, una montaña mundial, según WEEE Forum, de los que cada persona desecha de media uno anualmente.

De todos los residuos electrónicos en masa, una sexta parte, es decir unos 9 mil millones de kilogramos al año, pasa desapercibida para los consumidores como basura electrónica.

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En muchos hogares, según la organización, entre otros elementos se pueden encontrar cables, juguetes electrónicos, cigarrillos electrónicos, bicicletas electrónicas, herramientas eléctricas, detectores de humo, memorias USB, dispositivos sanitarios portátiles, aparatos domésticos inteligentes o LED decorativos.

De acuerdo al estudio, cada año se producen 844 millones de dispositivos de vapeo que generan el equivalente de residuos electrónicos a tres veces el peso del puente de Brooklyn, de Nueva York o de seis veces el de la Torre Eiffel.

Los residuos electrónicos y eléctricos invisibles equivaldrían al peso de casi “medio millón de camiones de 40 toneladas, que ubicados en una línea ocuparían unos 5 mil 640 kilómetros, una distancia aproximada de Roma a Nairobi“.

Según el director general de WEEE Forum, Pascal Leroy, los consumidores “tiende a reconocer los productos eléctricos domésticos como aquellos que enchufa y utiliza habitualmente. Pero mucha gente no sabe a qué categoría de residuos pertenecen los productos auxiliares, periféricos, especializados, de hobby y de ocio, ni cómo reciclarlos.”

El litio es uno de los elementos que se utilizan en la fabricación de estos objetos para facilitar la recarga de las baterías y es una materia prima estratégica, fundamental en la producción tecnológica y crucial en la transición energética en Europa.

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No obstante, ante la falta de un proceso de reciclaje adecuado de estos objetos, elementos como el litio van a parar a los contenedores domésticos u otros lugares, según la organización.

Además, según el documento, en 2022 se desecharon 950 millones de kilogramos de cables, elementos que contienen cobre, fácilmente reciclable, y que representan una cantidad suficiente para dar 107 vueltas a la Tierra.

Muchos de estos residuos se acumulan en los hogares, y muchos consumidores ignoran el enorme recurso dormido que representan ante el previsible incremento en los próximos años de la demanda de muchos de estos elementos estratégicos para las energías renovables, la movilidad eléctrica, las comunicaciones, la industria, la industria aeroespacial y de defensa, según WEEE Forum.

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