Por Marco Antonio Duarte/Corresponsal
Michoacán.- Un total de once casinos que eran operados por dos cárteles del narcotráfico fueron desmantelados en los municipios de Apatzingán y Buenavista Tomatlán, en la región Tierra Caliente de Michoacán.
Los once “minicasinos” operaban con 163 máquinas tragamonedas, en locales comerciales de diversos giros, generando en conjunto ganancias mensuales de hasta dos millones de pesos.
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Los casinos fueron desmantelados luego de que un juez de Control otorgó órdenes de cateo a la Fiscalía General del Estado (FGE) y a la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), las cuales desplegaron el operativo de forma simultánea y con apoyo de agentes del Ejército, Guardia Nacional y Guardia Civil (Policía Estatal).
En el caso de Apatzingán, los casinos estaban instalados en colonias populares, mientras que en Buenavista Tomatlán, operaban en la cabecera municipal y en los poblados de Santa Ana Amatlán y Pinzándaro.
Las máquinas tragamonedas de Apatzingán eran controladas por el Cártel de Acahuato y/o de La Virgen (al tener su bastión en el poblado apatzinguenze de Acahuato), el cual de acuerdo a áreas de inteligencia del gobierno de Michoacán es encabezado por Ricardo Madrigal Ávalos, alias “El Barbas”.
En tanto, Buenavista Tomatlán es el principal bastión de “Los Viagras”, brazo armado de la organización criminal “Cárteles Unidos”, que encabeza Nicolás Sierra Santana, “El Gordo Viagra”, con al menos tres de sus hermanos. Este grupo criminal tendría una relación de complicidad con “El Barbas”, quien en el pasado era jefe de sicarios del cártel de Los Caballeros Templarios.
De acuerdo con datos de la carpeta de investigación que sigue la FGE, cada máquina tragamonedas tiene un costo que va de los 15 a los 38 mil pesos, aunque por unidad genera una ganancia mensual de hasta 12 mil pesos, por lo que los 163 aparatos generaban en total una ganancia estimada en 2 millones de pesos cada 30 días.
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Una fuente de la Guardia Civil consultada por Latinus reveló que tan sólo en el Valle de Apatzingán se estima la existencia de cien mil máquinas tragamonedas que son propiedad de particulares, quienes por cada una tienen que pagar 150 pesos mensuales a Los Viagras y a “El Barbas”, quienes obtendrían por esta extorsión 15 millones de pesos cada mes.
