Por José Gerardo Mejía
La presencia de Claudia Sheinbaum y de Pepe Aguilar causó movimiento desde las primeras horas de este miércoles en el recinto legislativo de San Lázaro. Hubo tumultos, gritos y cientos de selfies.
Diputadas, diputados, trabajadores… la mayoría de los presentes empujaba, se abría paso a codazos para tratar de estar cerca de la voz que refuerza “la identidad nacional”.
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Sí, aquella masa de personas quería saludar y abrazar al cantante y compositor Pepe Aguilar, quien se abrió paso entre las curules para llegar hasta la hilera de invitados para escuchar a los legisladores en sesión solemne por el Día Nacional del Charro.
Carlos Puente, líder del Partido Verde, subió a tribuna vestido de charro, con lo que recordó su origen zacatecano para resaltar que “la charrería también representa la unidad”, mientras algunos pedían que cantara “No discutamos”.
“Permite acercar a la gente del campo con la gente de la ciudad, y la gente de la ciudad con la gente del campo. Representa los valores familiares y sociales, de trabajo en equipo, de un tejido que une a la gente como manifestación clara y viva de la cultura y el orgullo de ser mexicanos”, aseguró Puente.
Edna Gisel Díaz, diputada del PRD, subió a tribuna para subrayar que “cualquiera puede ponerse un traje de charro, pero pocos lo portan con gallardía, fidelidad, disciplina y respeto”.
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Por Morena, subió Cuauhtémoc Ochoa, diputado de Hidalgo, quien recordó la reciente muerte de Esteban González Ortiz, patrocinador del equipo Rancho El Jaralito de San Luis Potosí, que fue muchas veces campeón de esa entidad.
Vestida con escaramuza charra, Sonia Rocha, diputada del PAN, subió a tribuna para resaltar que se rinde un “homenaje a nuestro único deporte nacional, la charrería, que sigue siendo parte de la identidad mexicana y que hemos exportado como parte de nuestra cultura colectiva”.
Antes de salir del recinto de sesiones, Pepe Aguilar exigió en entrevista que “los diputados, senadores, el gobierno federal, tienen que ayudar a la charrería porque es un deporte que no debe morir”.
Más tarde, arribó Claudia Sheinbaum acompañada del petista Gerardo Fernández Noroña, quien llegó con el nombramiento de vocero de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México al recinto legislativo de San Lázaro.
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Sheinbaum llamó a los legisladores de la llamada Cuarta Transformación a movilizarse en sus distritos, municipios y estados a nueve meses de las elecciones presidenciales del año próximo.
La meta es obtener 33 millones de votos que permitan a Morena, PVEM y Partido del Trabajo aprobar reformas constitucionales sin necesidad de los votos de la oposición.
Hubo también promesas para revisar algunas peticiones en el presupuesto y un reiterado llamado a la unidad que comienza de cero luego de concluir la encuesta.
Los gritos de “¡coordinadora!, ¡coordinadora!, ¡coordinadora!” recibieron y despidieron a Sheinbaum, quien nuevamente provocó tumultos al salir entre los legisladores que empujaban para tener la selfie, las fotos, el abrazo y el saludo efímero con la virtual candidata a la presidencia de Morena y aliados.
