Este jueves, el Estado mexicano presentó una disculpa pública por la ejecución extrajudicial de Mirey Trueba Arciniega, ocurrida el 22 de agosto de 1998.
El joven de 20 años se encontraba circulando en una calle de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, cuando militares le pidieron que se detuviera, causando que Trueba se asustara y comenzara a correr. Entonces, uno de los elementos castrenses le disparó de 10 a 12 veces.
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La disculpa se llevó a cabo en el Palacio de Gobierno del estado de Chihuahua ante la madre, el padre y el hermano de Mirey Trueba
“Estar aquí implica identificar una violación a derechos humanos, reconocerla. Pero sobre todo, encabezar la indignación para reconfigurar las prácticas institucionales”, dijo Rosalinda Salinas Durán, directora de casos en litigio internacional, medidas cautelares y seguimiento internacional de la Secretaría de Relaciones Interiores.
A la ceremonia también acudió el subsecretario de derechos humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, quien admitió que el Estado mexicano “no pudo proteger la vida e integridad” del joven.
Encinas aclaró que asumía el compromiso de participar en la conferencia por “instrucciones del presidente de la República”.
“Ofrezco una disculpa pública a la memoria de Mirey y las autoridades debemos asumir nuestra responsabilidad para atender todo aquello que competa garantizar los derechos a la vida digna de todas las personas”, agregó.
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Advirtió también que la disculpa no debe asumirse como un acto protocolario, en tanto que están cumpliendo con el “compromiso de dignificarse y respetar a toda la familia Trueba”.
En la disculpa quedó asentado que Mirey murió porque “elementos del Estado mexicano emplearon excesivamente la fuerza“, de acuerdo con Salina.
