Denise Dresser aborda la controversia que se ha suscitado en torno a los nuevos libros de texto gratuitos y cómo el debate se centra más en lo superficial que en el fondo: la mala calidad de la educación pública de México.
Una educación más centrada en hacer planas, memorizar fechas de nacimiento de héroes y acumular datos, que en fomentar las habilidades básicas, el pensamiento crítico, la ética, la excelencia o la innovación. Todo lo contrario: fomenta la mediocridad.
En opinión de la politóloga, los nuevos libros de texto no superan a los anteriores, sino que refuerzan sus vicios. La discusión debería ser por qué empeorarán la educación pública, que de por sí ya es un desastre.
El problema esencial de los nuevos libros de texto no es lo que enseñan, que bien puede ser loable, sino lo que omiten. La amenaza real es que se replique el modelo de un país desigual en donde el esquema educativo sigue amplificando las brechas.
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