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Autoridades estadounidenses condenaron a un residente de Sant George, en Utah, a 10 años de prisión, luego de que admitió que distribuía fentanilo, metanfetamina y marihuana para un cártel mexicano.
La justicia lo buscaba desde 2020, cuando se detectó que Ángel Rubio-Quintana, de 42 años, estaba recibiendo “grandes cantidades de metanfetamina de un cártel mexicano”, informó el Departamento de Estado en un comunicado.
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“Entre octubre de 2021 y febrero de 2022, los agentes interceptaron más de 200 llamadas telefónicas en las que el señor Rubio-Quintana negociaba precios y cantidades de droga con sus proveedores de droga mexicanos”, detallaron las autoridades.
La detención se llevó a cabo como parte de la “Operación Crema Agria“, llamada así por la manera en la que se entregaban los pedidos de metanfetamina, ya que en la primera de estas transacciones “se entregaron las drogas en un gran cubo de crema agria“, explicaron las autoridades.
Como parte de la investigación, se realizaron 13 compras controladas. De acuerdo con el comunicado, hombre de 42 años “dirigía los esfuerzos de la organización para importar y distribuir drogas desde México”.
La justicia estadounidense determinó que después de cumplir con los 121 meses de prisión, Rubio-Quintana será deportado.
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Sin precisar a cuál organización delictiva se vinculan las actividades de Rubio-Quintana, se informó que detectaron al menos “60 transferencias electrónicas a proveedores mexicanos de drogas” que en conjunto superan los 58 mil dólares estadounidenses.
El hombre también es responsable de invitar a varios jóvenes a formar parte de la asociación delictiva. Entre ellos, su propio hijo adolescente.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, celebró la detención y aseguró que el gobierno de Joe Biden continuará apoyándose de su contraparte mexicana para frenar el tráfico de drogas.
“Con esta acción, el Departamento de Justicia nuevamente mandó un mensaje del compromiso del Gobierno de los Estados Unidos para desarticular a las organizaciones criminales trasnacionales, dejando en claro que quienes buscan envenenar a nuestras comunidades con el flagelo de las drogas enfrentarán el peso de la ley”, indicó en un comunicado.
La detención fue producto de una operación conjunta de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la Administración para el Control de Drogas (DEA), Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de los Estados Unidos, Operaciones de Cumplimiento Normativo y Expulsión (ERO), el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y el Grupo de Acción Antidrogas del condado de Washington.
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