Al recientemente fallecido escritor checo Milan Kundera se le atribuye no sólo la virtud de ser uno de los mejores estudiosos del kitsch, esa estética que apela a erradicar la fealdad, tan propia de una moda como la de Barbie, sino también la de ser un escritor comprometido sólo con la independencia.
El autor de “La insoportable levedad del ser” fue un descreído de los políticos y no pocos de sus empeños se enfocaron en denunciarlos y exhibirlos.
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Nicolás Alvarado reflexiona sobre la obra de Kundera y la resonancia de esta en la cultura y la lucha política contemporánea.
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