Por Gerardo Martínez
Hugo Sánchez, el mejor futbolista mexicano de la historia, está de manteles largos, pues cumple 65 años de vida.
Si bien el Pentapichichi se ha mantenido alejado del terreno de juego y del banquillo desde hace algunos unos años, su legado en la cancha quedará para siempre.
A base de goles, un coraje inquebrantable, sangre acrobática en las venas y una obsesión por la perfección en sus remates, Sánchez Márquez puso al balón como prioridad desde mediados de los 80, cuando empezó su éxito en el futbol español, desde el Atlético de Madrid y sobre todo, con el Real Madrid.
Su ímpetu por quedarse horas extra para rematar le trajo frutos y obras de arte como el ‘Señorgol’ al Logroñés, pese a ‘perder’ a su familia, o mejor dicho, a su primera esposa, Emma Portugal.
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Pero para Hugol todo lo valió. El delantero azteca al que le gritaban “Indio” en las gradas, sacrificó todo para triunfar y ‘abrir’ la brecha de respeto para los futbolistas mexicanos en el Viejo Continente.
Si bien su ego lo ha llevado a tomar decisiones viscerales o polémicas en su carrera, sus logros hablan por sí solos, entre los que se incluye un Bicampeonato como entrenador con ‘sus’ Pumas y un Trofeo Santiago Bernabéu con los felinos ante los merengues.
El analista de ESPN hoy disfruta a la familia, a su esposa Isabel, así como a sus gemelas Hanna e Isabella, pese a que hace nueve años falleció su primogénito Hugo.
Su cumpleaños siempre será motivo de alegría para recordarlo por sus acciones en el engramado y la inspiración que provocó en millones de fanáticos al balompié, más allá de que todavía le queden dos sueños futbolísticos por cunplir: dirigir al Real Madrid y a la Selección Mexicana en una Copa del Mundo.
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