Por José Gerardo Mejía
Reunido con unos 200 simpatizantes de Morena, Adán Augusto López Hernández confió que antes de llegar al mitin en Guaymas, Sonora, hizo una escala para comer “unos tacos de lengua para que pudiera hablar mucho y un caldito de cabeza de res”.
Sin embargo, habló poco y sólo de los temas que ha repetido en nueve estados del país: la tarjeta universal para adultos mayores, que rechazó los 5 millones de pesos que ofreció la dirigencia de Morena para que recorriera el país y su admiración por Andrés Manuel López Obrador.
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El exsecretario de Gobernación evitó responder preguntas sobre un reloj A. Lange & Söhne y otra pieza de la marca Patek Philippe Geneve, valuados entre más de 800 mil pesos y un millón 200 mil pesos, respectivamente, como informó Latinus.
—¿Qué dice sobre los relojes que (Carlos) Loret dio a conocer que usted tiene?
—Nada, no le puedo responder porque no lo escucho- contestó sin detenerse en el tercer intento de un reportero y se siguió para abordar la camioneta que en la primera semana ha costado en combustible, según sus cuentas, 83 mil 334 pesos.
Tampoco escuchó a unas señoras que acudieron a la asamblea informativa que encabezó el extitular de la Secretaría de Gobernación para hablarle de las necesidades que hay en ese municipio.
“¡Tenemos hambre!”, gritó una de ellas, pero su reclamo se perdió en medio del ruido provocado por una de las gigantescas bocinas instaladas para escuchar a Adán Augusto.
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“¡Que el gobierno voltee a vernos!”, dijo otra mujer, pero nadie tomó nota de sus reclamos, esas palabras no estaban en el guion que Adán Augusto ha machacado como bandera de la no campaña.
El aspirante presidencial sí escuchó cuando un reportero dijo: “Loret de Mola se enojó porque lo llamó poco hombre, licenciado. Dice que ni el presidente se ha atrevido a insultar de esa forma. ¿Se ofendió?”.
—Ah, pues dígale que el que se enoja pierde- respondió el aspirante presidencial que el martes tomó con ambos manos el micrófono para insultar al comunicador.
En la asamblea informativa en el municipio de Guaymas, Hernández López caminó entre las sillas para saludar, abrazarse e intercambiar besos con mujeres de la tercera edad.
La logística volvió a rebasar la asistencia de simpatizantes, porque como ha ocurrido en mítines anteriores, quedaron apiladas decenas de sillas y otras más no fueron ocupadas.
Como ocurre en cada acto proselitista, uno a uno de los asistentes al mitin, en su mayoría beneficiarios de programas sociales, anotaron de puño y letra su nombre y teléfono de contacto en hojas que proporcionaron los organizadores.
Antes, Adán Augusto ofreció una conferencia de prensa en Navojoa, Sonora.
Cuando estaba por subir a su camioneta, varias personas pidieron una selfie con el tabasqueño, quien complació a la mayoría, mientras que Esteban, un hombre de unos 60 años se acercó al ver el tumulto de personas.
“¿Es el licenciado Adán Augusto?”, preguntó sorprendido. “Sí, es nuestro candidato, el que va a ganar”, respondió uno de los integrantes de su equipo.
“¿Y habló de los relojes?”, cuestionó, lo que parecía la señal para romper filas e ir al municipio de Hermosillo, a la siguiente asamblea.
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Esteban, comenzó a caminar mientras la camioneta se movía lentamente para preguntar ahora: “licenciado Adán Augusto, ¿qué hora tiene? Licenciado… licenciado”, siguió, pero el aspirante presidencial tampoco lo escuchó.
