Foto: Especial
Alina Navarrete Fernández/Corresponsal
La tercera ola de calor que afecta al país ha provocado temperaturas de hasta 46 grados centígrados en Ciudad Altamirano, cabecera municipal de Pungarabato ubicada en la región Tierra Caliente de Guerrero, la más alta de la entidad e incluso del país en los últimos días.
A pesar de que los habitantes de la región están acostumbrados al calor, en esta ocasión la temperatura alta y falta de lluvias han retrasado las siembras, principalmente de maíz para autoconsumo; además, las ventas del mercado “Salvador Santamaría”.
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“Estamos sobreviviendo al calor”, dijo a Latinus un comerciante durante una visita al mercado ubicado en el primer cuadro de Ciudad Altamirano junto al Zócalo.
En diciembre del año pasado, la central de abastos se incendió —presuntamente por velas encendidas— y 62 locales fueron consumidos totalmente.
A la fecha continúa la reconstrucción de la zona afectada, mientras que los comerciantes se han instalado de manera provisional a los costados, en puestos semifijos con techos de lámina de plástico y lonas bajo los cuales el calor les afecta más.
En entrevista, Juan Carlos Díaz, quien se dedica a la venta de plásticos y artesanías contó que el calor “está terrible, nos está afectando en muchos aspectos, físicamente, las ventas han bajado, ha venido poca gente”.
“No ha llovido, lo que nos agobia es que no ha llovido y por eso sentimos más el golpe de calor (…) Nos han informado que viene el calor un poco más fuerte, que tenemos que tomar agua con limón para hidratarse”, dijo.
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Detalló que al estar fuera de sus negocios el clima les afecta más, “estamos aquí en la calle porque todavía no terminan la techumbre y más sentimos el calor, precisamente, porque estamos fuera de nuestro techo”.
Juan Carlos se quejó de la falta de apoyo del gobierno del estado, que encabeza Evelyn Salgado Pineda, para los locatarios que “perdieron todo” en el incendio, quienes únicamente han recibido ayuda del alcalde priista Cuauhtémoc Mastachi Aguario y del diputado local Adolfo Torales Catalán, también del PRI.
Los habitantes han cambiado sus rutinas para surtir sus despensas por la mañana, antes de las nueve horas, para evitar salir en el punto más alto del sol o bien, prefieren ir a sucursales de tiendas de autoservicio que cuentan con aire acondicionado, en lugar de consumir los productos locales, este cambio permea la economía de los comerciantes que se mantienen en sus puestos hasta las 18 horas.
Mientras que los albañiles a cargo de la reconstrucción del mercado deben cumplir una jornada laboral de ocho horas, que van dosificando a lo largo del día para evitar sofocarse por el calor; constantemente toman aguan agua, electrolitos y preparan limonadas como suero para minimizar los daños del clima.
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Algunas familias optan por trasladarse al río Balsas en Coyuca de Catalán, que se encuentra a unos 15 minutos de Ciudad Altamirano, para refrescarse ante las altas temperaturas.
La falta de movilidad en la entidad también afecta al transporte público, ya que las personas prefieren estar en sus casas y evitan salir por la tarde, lo que reduce el pasaje y por lo tanto, los ingresos de los transportistas.
De acuerdo con la Secretaría de Salud Federal, suman ocho muertes y 487 golpes de calor, casos de deshidratación y quemaduras en distintos estados del país, a consecuencia de las altas temperaturas.
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