Foto: Cuartoscuro
Por Isabella González
Alicia Bárcena fue la primera opción del presidente Andrés Manuel López Obrador para representarlo, de ganar las elecciones de 2018, ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Era una propuesta lógica, porque la diplomática de 71 años llevaba más de dos décadas trabajando como funcionaria de la organización internacional.
En ese momento, agradeció al entonces candidato presidencial, rechazó el puesto y explicó que debía garantizar la neutralidad de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, que presidía desde 2008. Desde este organismo, responsable de promover el desarrollo económico y social de la región, fue dura con problemas que aquejan a México como la desigualdad y la pobreza.
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Bárcena, quien estudió Biología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alcanzó en 2006 el rango más alto en instituciones internacionales que cualquier diplomático mexicano pudiera tener cuando el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, la nombró jefa de su gabinete.
Para llegar ahí, se desempeñó previamente como secretaria ejecutiva adjunta de la CEPAL y como jefa de la división de medio ambiente y asentamientos humanos. También trabajó antes en otro organismo de la ONU, encargado del desarrollo del medio ambiente, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En 10 días, según anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador este 13 de junio en su conferencia de prensa, Bárcena regresa a México para sustituir a Marcelo Ebrard como secretaria de Relaciones Exteriores y cerrar el sexenio del tabasqueño en materia de política exterior.
Aunque su periodo como secretaria ejecutiva de la CEPAL terminó en septiembre de 2022, la diplomática mexicana se quedó a vivir en Chile, sede de la CEPAL, designada como embajadora de México en ese país.
Regresa a la administración pública del país en la que inició su carrera porque al terminar la licenciatura asumió el cargo de directora del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos, después se desempeñó como la primera subsecretaria de ecología en la recién creada Secretaría de Medio Ambiente. Antes de saltar a las organizaciones civiles como fundadora del Consejo de la Tierra, entre 1989 y 1992, Bárcena trabajó como directora del Instituto Nacional de Pesca.
En los años recientes, Bárcena manifestó sus aspiraciones para ser secretaria general de la ONU, pero el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto no presentó su candidatura, requisito para que la diplomática pudiera participar en el proceso. Ahora, durante la administración de López Obrador, Bárcena se presentó su candidatura para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Al mes de iniciado el proceso de selección, la diplomática decidió retirarse argumentando razones personales, sin embargo, el retiro de su candidatura se presentó después de que congresistas republicanos estadounidenses acusaran a Bárcena de comunista y pidieran que no se le permitiera presidir el banco.
El nombramiento anunciado por el presidente López Obrador ha sido bien recibido entre los integrantes del Servicio Exterior Mexicano (SEM). Los embajadores Agustín Gutiérrez Canet, Miguel Ruiz Cabañas y Martha Bárcena, entre otros, han felicitado a la exfuncionaria de las Naciones Unidas.
“Felicito calurosamente a Alicia Bárcena por su nombramiento como canciller. Bravo. Su vasta experiencia internacional y regional la acredita como una de las personas internacionalistas más destacadas y reconocidas de México”, expresó el embajador en retiro, Miguel Ruiz Cabañas.
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