El delantero mexicano Raúl Jiménez volvió a quedarse en la banca con el Wolverhampton, que empató 1-1 como local en el Molineux Stadium ante Everton, por lo que al final del encuentro se despidió entre lágrimas de la afición, un claro indicio de que no continuará en los Wolves.
Según reportes de prensa, Jiménez, al observar que se quedaría otro partido en la banca con el ingreso del brasileño Matheus Cunha por el español Adama Traoré, arrojó su casaca de calentamiento al césped y se marchó molesto al vestidor.
Al finalizar el choque, Raúl Jiménez regresó a la cancha para dirigirse a los aficionados del Wolverhampton, que le cantaban el himno del ‘Sí, Señor’ mientras, acompañado de su familia, caminó hacia la tribuna para agradecerles y no logró contener las lágrimas, pues Wolverhampton no volverá a jugar como local esta temporada, un adiós anticipado para el goleador mexicano.
Jiménez, quien no pudo recuperar la confianza del entrenador español Julen Lopetegui tras volver de la Copa del Mundo, su tercera con la Selección Mexicana, no entró en la convocatoria en varios partidos, y apenas reapareció hace una semana contra el Manchester United.
Jiménez bajó notablemente su rendimiento desde la lesión que sufrió en noviembre de 2020, de la que tardó un año en recuperarse, y a pesar de que incluso lo convocaron para jugar el Mundial de Qatar, no ha logrado volver a la versión goleadora que lo llevó a triunfar en Inglaterra y hoy tiene un pie fuera del club.