La Diócesis de Tarahumara expresó este jueves que con la muerte de José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, quedan en impunidad los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, así como los del guía de turistas Pedro Palma y Paul Berrelleza, además de que no se frena la violencia que se vive en la sierra.
“Con la muerte de una persona (José Noriel Portillo), desgraciadamente no se frena el dolor por tantas víctimas de la violencia y la situación tan difícil y preocupante que estamos viviendo, donde no solamente en la Sierra, sino en todo el país, seguimos preocupados por la impunidad y por la falta del Estado de Derecho, en toda nuestra sociedad”, señaló en un comunicado.
La Iglesia expresó que el asesinato de “El Chueco” no es la justicia que esperaban, porque pareciera que murió por un “ajuste de cuentas” o hace pensar “que estaba estorbando para otros intereses y por eso había que eliminarlo”.
“Como Iglesia Tarahumara no podemos callar o permanecer ajenos ante tanta desgracia y tanto dolor, ciertamente, reconocemos todo el esfuerzo que han hecho y hacen las autoridades por hacer justicia por la muerte de nuestros sacerdotes, de don Pedro Palma y Paul Berrelleza. Sin embargo, ¡esto no es lo que nosotros esperábamos y menos, queríamos!”, señalaron.
En junio del año pasado, los jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, el guía de turistas Pedro Palma y Paul Berrelleza fueron asesinados en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, presuntamente por “El Chueco“.
Esta mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que el cuerpo del hombre que fue hallado en el municipio de Choix, Sinaloa, corresponde a Portillo Gil.
Ayer, César Jáuregui Moreno, fiscal general de Chihuahua, informó que la noche del martes la fiscalía de Sinaloa le notificó sobre el hallazgo de un cuerpo que podría corresponder a “El Chueco”, quien estaba prófugo desde hace nueve meses.
Recomendamos: El resultado de la prueba de ADN en el caso de “El Chueco” estará listo en un plazo de 12 a 72 horas: autoridades de Chihuahua
Hasta ese momento, el cuerpo ya había sido identificado por Diana Carolina Portillo, hermana del sujeto. Sin embargo, estaban esperando las pruebas de ADN para confirmar que se trataba de él.
“Se encontró el cadáver con cierto tiempo después de que perdió la vida y desconociéndose las circunstancias que rodearon el hecho. Se encontraron 16 cartuchos percutidos y el sujeto tiene un balazo en la cabeza”, afirmó.
Portillo Gil fue identificado como líder de una célula del narcotráfico vinculada al grupo criminal de Los Salazar, que está asociado al Cártel de Sinaloa en Chihuahua.
