Por José Gerardo Mejía
Con la mirada clavada en la pantalla, Ramón Hernández Reyes dio la décima revisión a las 80 respuestas de su examen digital, tenía la frente sudorosa cuando lanzó en silencio una última plegaria, y se persignó viendo hacia el techo del recinto legislativo de San Lázaro cuando envió sus respuestas.
“Por favor cierren sus equipos, el plazo ha concluido”, se escuchó por el sonido de la Cámara de Diputados, por lo que Hernández Reyes, expresidente del Organismo Público Local Electoral (OPLE) de Michoacán, obedeció para concluir su cuarto intento por ocupar una silla en la herradura de la democracia como consejero electoral.
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En el salón de sesiones solamente quedaban cinco de los 508 aspirantes que se presentaron al examen, luego de confirmar que cubrían los requisitos constitucionales y legales para avanzar a la segunda etapa.
Lo primero que hizo Ramón Hernández Reyes al salir al lobby fue confirmar con un “googlazo” que tiene al menos un error: respondió de manera equivocada quién es el precursor de la representación proporcional, por lo que su expresión se entristeció.
Esa pregunta y al menos la mitad de los reactivos relacionados con textos o sentencias elaborados por expertos en materia electoral confundieron a varios de los aspirantes, quienes tuvieron que responder qué harían en los casos asignados en su examen.
Luego de la evaluación, varios de los aspirantes comentaron en entrevistas con cámara y grabadoras que había sido un examen sencillo, aunque en corto admitieron que la incertidumbre era la coincidencia al salir del salón de sesiones.
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“La convocatoria no decía que el examen iba a ser digital, y pues fue parte de los retrasos para responder el examen, porque varios tuvimos problemas para acceder, a otros se les pasmó la tableta, por lo que los tiempos se descontrolaron, de tres horas pasamos a casi cinco”, comentó a Latinus un exconsejero del sureste del país.
Incluso, ante el caos que por momentos se generó por el tiempo registrado en cada uno de los aspirantes, cuyo reloj brincaba varios minutos sin control, se decidió poner un cronómetro que tampoco resolvió el problema porque varios no comenzaron al mismo tiempo, a pesar de que hubo un periodo de espera.
El Comité Técnico de Evaluación (CTE) informó que este miércoles dará a conocer los resultados con los mejor evaluados, de los que se prevé quede una lista de 250 aspirantes, aunque los inconformes podrán solicitar revisión de examen.
Otro tramo espinoso, confiaron participantes a Latinus, fue respecto a media docena de reactivos relacionados con el plan B de la reforma electoral, preguntas que incluso confundieron a algunos, como Juan Antonio Garza, quien dijo que él no había distinguido preguntas sobre ese tema, ya que eran reactivos muy generales.
Juan Antonio Garza forma parte del equipo del magistrado José Luis Vargas como secretario de cuenta, aunque enfatizó que su trayectoria laboral abarca 26 años de experiencia en organismos electorales.
El examen a los aspirantes se aplicó a puerta cerrada en el salón de sesiones en el que funcionarios, exservidores públicos, académicos y en funciones de organismos autónomos electorales participan en este proceso que deberá concluir a más tardar el 3 de abril próximo.
Jaime Castañeda, quien en los últimos 13 años ha sido representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y luego de Morena, negó que sea militante de algún partido político, y también se deslindó de haber sido parte de la redacción del plan B.
“Yo no soy ningún afiliado de ningún partido, el plan B de reforma electoral es una iniciativa del gobierno federal”, dijo al salir del examen, aunque apenas el pasado 17 de febrero, César Agustín Hernández, diputado federal y consejero propietario del Poder Legislativo de Morena, envió un oficio, cuya copia tiene Latinus, con carácter de urgente a los consejeros electorales para sustituir a Castañeda Salas como representante de Morena.
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Además, el primero de marzo de 2022, Horacio Duarte, actual coordinador de la campaña de la maestra Delfina Gómez, subió un tuit con una foto acompañado con el exrepresentante de Morena en el que escribió: “Platicar con un amigo y gran compañero Jaime Castañeda. Mucho trabajo por delante, muchas reformas que vienen”.
Formalmente, los integrantes del CTE dieron tres horas para responder 80 reactivos de opción múltiple previo registro en una de las diez filas distribuidas en orden alfabético, en cuya mesa dejaron celulares y otros objetos para poder ocupar una curul y acceder al examen con nombre y contraseña.
El comité validó a 531 aspirantes que cumplieron con los requisitos legales y constitucionales para presentarse este martes a la evaluación; este martes faltaron 23, quienes ya fueron excluidos en este proceso.
Considerado una autoridad en materia electoral, el magistrado Juan Carlos Adaya presentó su examen, lo mismo que Roberto Heycher Cardiel Soto, quien sustituyó de manera provisional a Edmundo Jacobo.
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Cardiel Soto es un abogado que ha ocupado distintos cargos, que contó con el respaldo del exconsejero Marco Antonio Baños en los primeros años del Instituto Nacional Electoral (INE) y antes en el Instituto Federal Electoral.
Otro aspirante cercano a Marco Baños es Luis Miguel Carriedo, quien durante 13 años se desempeñó como asesor del exconsejero electoral identificado con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Danner González Rodríguez, quien durante varios años fue cercano a Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano (MC), y ahora cercano a Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz.
Rigoberto Riley Mata, magistrado del Tribunal Electoral de Tabasco desde 2016, es otro de los aspirantes a consejero electoral.
Como si fuera una prueba de rapidez, el académico Sergio González Muñoz, y cercano a Felipe Solís Acero, exdirector ejecutivo de organización del IFE, como parte de los fundadores del organismo, salió del salón de sesiones en 70 minutos, fue el primero en hacerlo.
“No hay quinto malo”, dijo entusiasta González Muñoz, en tanto Jesús Nava Ramírez, originario de León, Guanajuato, fue el último en concluir la evaluación, aunque comenzó más tarde y al final dijo: “estuvo pesado, había que revisar bien las respuestas”.
