Foto: Especial
Por José Gerardo Mejía
A cuatro meses de cancelar su comparecencia en la Cámara de Diputados, Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), entró al salón de sesiones del recinto legislativo de San Lázaro.
Se presentó no para rendir cuentas, sino a recibir el aplauso de los diputados por su labor al frente de las Fuerzas Armadas. A cambio, llevó canapés para el festejo.
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El general llegó escoltado por los altos mandos del Ejército mexicano, hecho inédito para participar en la sesión solemne por el Día del Ejército, donde ningún legislador lo perturbó con un cuestionamiento directo.
En sí, los legisladores mostraron la misma actitud que en el encuentro privado que sostuvieron con el general secretario el pasado 15 de febrero en sus oficinas del Campo Militar No. 1, donde afirmó que el hackeo de Guacamaya Leaks no había vulnerado la seguridad nacional, debido a que la intromisión había sido de nivel dos.
Ese día nadie, ningún legislador, cuestionó sus dichos y, por el contrario, salieron caminando como si les hubieran quitado un enorme peso de encima, luego de ver horas y horas de videos con una recopilación de las acciones castrenses en el país, reciclados de las mañaneras.
El único acuerdo que tuvieron fue la confirmación de Cresencio Sandoval a celebrar el Día del Ejército en el recinto legislativo de San Lázaro.
Antes de ocupar una curul, el general secretario se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel Miranda, los coordinadores parlamentarios, la comitiva de bienvenida y los altos mandos militares en el salón de protocolo A.
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En el espacio privado, que se encuentra a un costado del salón de sesiones, los invitados y los representantes de las Fuerzas Armadas degustaron canapés con caviar, salmón, jamón español, jamón serrano y queso azul.
Las viandas fueron acompañadas con jugos y aguas de manantial con gas de la marca Perrier, cortesía del presupuesto de la Sedena.
En el espacio privado, se desplegaron mesas redondas para degustar los canapés, que repartían en charolas militares habilitados de meseros y meseras que cambiaron el uniforme verde olivo para enfundarse en fracs negros con moños del mismo color.
“Como los militares están acostumbrados a que nadie les da nada en instalaciones del gobierno de la 4T, ya saben que tienen que llevar de comer”, bromeó un coordinador de oposición.
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Los representantes de las Fuerzas Armadas arribaron sin armas al recinto legislativo de San Lázaro, sin pistolas ni rifles. Esta vez dijeron adiós a las armas, lo que evitó que crucificaran nuevamente al presidente Santiago Creel antes de Semana Santa.
Jorge Álvarez Máynez, coordinador de Movimiento Ciudadano, subió a tribuna para destacar que el Ejército “libra una batalla que no es la suya y la libran con todos los gobiernos, hoy, ayer y en cualquier estado y en cualquier municipio”.
“No era justo ni era necesario que el pasado enero, 10 militares leales a su país perdieran la vida porque se tomó una decisión que impidió que ese operativo se hubiera dado meses antes”, recordó el líder emecista luego de la movilización para detener a Ovidio Guzmán.
Al inicio de la reunión, Álvarez Máynez entregó una bandera de México —en una caja con la leyenda “Amor a la patria”— al general secretario. “Por el malentendido que se generó al inicio del periodo de sesiones, por la obligación que tienen de cuidar la bandera”, explicó.
“Y también porque el discurso predominante del régimen actual como con Felipe Calderón es que quien se oponía a la militarización, se oponía a los intereses nacionales”, apuntó Álvarez Máynez.
El líder del MC entregó el lábaro patrio también a los subsecretarios de la Sedena y los 26 diputados de su bancada, dijo en entrevista posterior con Latinus.
En su turno, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ignacio Mier Velazco, subrayó que su bancada está profundamente “orgullosa de dejar testimonio público, frente al pueblo de México, del reconocimiento de la Cámara de Diputados, de sus diputadas y diputados, a la lealtad, a la disciplina, a la solidaridad, a la empatía que tiene el Ejército mexicano con la patria”.
La frase arrancó aplausos de la oposición. El coordinador del PRI, Rubén Moreira, lo hizo de pie, aunque el líder morenista cerró con “un reconocimiento especial del Movimiento de Regeneración Nacional y de nuestra coalición”.
Mier Velazco aprovechó el momento para reconocer al Ejército “que hayan hecho suya la incorporación de las Fuerzas Armadas para consolidar el instrumento del Estado mexicano y garantizar la seguridad de todas y de todos a través de la Guardia Nacional”.
Gerardo Fernández Noroña, vicecoordinador del Partido del Trabajo, aclaró: “Yo no soy vocero de las Fuerzas Armadas, pero puedo garantizar que este Ejército nunca se prestará a una posición golpista como la que tiró del gobierno desde la embajada de Estados Unidos al presidente Madero, asesinando al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez”.
“Hoy hay quien le reclama que esté construyendo el Tren Maya, diciendo demagógica y falsamente que está acabándose con la selva, cuando el propio compañero general, si me permite decirle así, secretario de la Defensa nos compartía la semana pasada que hay un humedal, solo por poner un ejemplo, y que para preservar ese humedal se modificó el trazo del Tren Maya”, afirmó Fernández Noroña.
Creel Miranda, presidente de la Cámara de Diputados, cerró la tanda de intervenciones con una “felicitación y agradecimiento extensiva a todo el personal bajo su mando”.
“¡Viva el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos! ¡Viva México!, gritó el panista como en un festejo patrio del 15 de septiembre desde su curul.
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