El personal del Ejército tiene la instrucción de evitar que sus elementos con sobrepeso y obesidad encabecen eventos o aparezcan en imágenes de la institución, de acuerdo con los lineamientos de la Dirección General de Comunicación Social de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
El documento “Guía Práctica para Voceros” establece los parámetros con los que el Ejército proyecta su imagen ante los medios de comunicación y la población. El objetivo es generar una mayor percepción de confianza, cercanía y respeto con la ciudadanía.
“Evitar que personal militar con sobrepeso aparezca en primer plano en ceremonias o eventos” es parte de los criterios que dicha guía establece, de acuerdo con el documento encontrado entre los miles de correos hackeados a la Sedena por el grupo “Guacamaya”.
La estrategia de comunicación indica que en la toma de fotografías o videos para distribución a medios de comunicación o usos internos debe figurar personal “de buena presentación y complexión delgada (…) No realizar tomas fotográficas a personal que dé mala presentación en su persona”.
La obesidad es una de las causas de incapacidad en el Ejército, establece la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas.
De ahí que los diversos batallones de la dependencia, las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional deben reportar una vez al mes el número de elementos con sobrepeso u obesidad.
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Los registros a los que Latinus tuvo acceso incluyen el nombre, grado, edad, estatura, índice de masa corporal y peso de cada uno de los elementos a los que se les detecta obesidad.
Se considera que el soldado tiene obesidad cuando registra 40 o más de índice de masa corporal —resultado de dividir el peso en kilos de una persona entre la estatura al cuadrado—. En los registros aparecen hombres a partir de 74 kilos y mujeres que superan los 72 kilos. Algunos de ellos pesan más de los 100 kilos.
Los elementos bajo estas condiciones de salud ingresan al Programa de Sobrepeso y Obesidad para ser tratados y recibir pláticas psicoeducativas como “La relación que tienen las emociones y el sobrepeso”, con lo que se busca detectar o evitar enfermedades como la diabetes.
