AP.- Funcionarios republicanos del condado de Cochise, Arizona, se negaron este lunes a certificar las elecciones de 2022 antes de la fecha límite por el conteo de votos que tenía a los demócratas ganando para el Senado de Estados Unidos, gobernador y otras contiendas estatales.
Los funcionarios electorales estatales prometieron demandar al condado de Cochise, si la junta de supervisores no cumple con la fecha límite del lunes para aprobar el recuento oficial de votos, conocido como escrutinio.
Los dos supervisores republicanos retrasaron el escrutinio hasta escuchar una vez más sobre las preocupaciones por la certificación de los tabuladores de boletas, aunque los funcionarios electorales han explicado repetidamente que el equipo está debidamente aprobado.
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El abogado electoral demócrata Marc Elias prometió en Twitter demandar al condado. Sophia Solis, vocera de la secretaria de Estado, Katie Hobbs, no hizo comentarios de inmediato. La oficina de Hobbs se comprometió previamente a demandar al condado si no cumple con la fecha límite.
Los supervisores republicanos en el condado de Mohave pospusieron una votación de certificación hasta el jueves después de escuchar los comentarios de los residentes enojados por los problemas con las impresoras de boletas en el condado de Maricopa.
Los resultados de las elecciones se han certificado en gran medida sin problemas en jurisdicciones de todo el país. Ese no ha sido el caso en Arizona, que fue un punto focal de los esfuerzos del expresidente Donald Trump y sus aliados para anular las elecciones de 2020 e impulsar narrativas falsas de fraude.
Arizona fue durante mucho tiempo un bastión republicano, pero los demócratas ganaron la mayoría de las contiendas de más alto perfil sobre los republicanos que promovieron agresivamente las mentiras electorales de Trump en 2020.
Kari Lake, el candidato republicano a gobernador que perdió ante Hobbs, y Mark Finchem, el candidato a secretario de Estado, se han negado a reconocer sus derrotas. Culpan a los funcionarios electorales republicanos en el condado de Maricopa por un problema con algunas impresoras de boletas.
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La directora estatal de elecciones, Kori Lorick, dijo que las máquinas están debidamente certificadas para su uso en las elecciones. Ella escribió en una carta la semana pasada que el estado demandaría para obligar a los supervisores del condado de Cochise a certificar, y si no lo hacen antes de la fecha límite para el escrutinio estatal del 5 de diciembre, los votos del condado serían excluidos.
Esa medida amenaza con convertir al vencedor en al menos dos contiendas reñidas —un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y jefe de escuelas estatales— de republicano a demócrata.
Lake ha señalado problemas el día de las elecciones en el condado de Maricopa, donde las impresoras en algunos centros de votación produjeron boletas con marcas que eran demasiado claras para ser leídas por los tabuladores. Las filas se acumularon en medio de la confusión, y Lake dice que, como resultado, es posible que un número desconocido de sus partidarios hayan sido disuadidos de votar.
Ella presentó una demanda de registros públicos la semana pasada, exigiendo que el condado presente documentos sobre el tema antes de votar para certificar las elecciones el lunes. El fiscal general republicano Mark Brnovich también exigió una explicación antes de la votación.
El condado respondió el domingo, diciendo que a nadie se le impidió votar y que el 85% de los centros de votación nunca tuvieron filas de más de 45 minutos. La mayoría de los centros de votación con largas filas tenían otros cerca con filas más cortas, dijeron funcionarios del condado.
En la respuesta se culpó a los republicanos prominentes, incluida la presidenta del partido, Kelli Ward, de sembrar confusión al decirles a los partidarios en Twitter que no colocaran sus boletas en una caja segura para ser tabuladas más tarde por máquinas más robustas, en la sede electoral del condado.
El condado dijo que poco menos de 17 mil boletas del día de las elecciones se colocaron en esas cajas seguras y se contaron todas. Solo el 16% de los 1.56 millones de votos emitidos en el condado de Maricopa se hicieron en persona el día de las elecciones. Esos votos fueron abrumadoramente para los republicanos.
Kelli Ward ha instado a sus partidarios a presionar a los supervisores de su condado para que retrasen un voto de certificación hasta después de una audiencia de programación por la tarde en el caso de Hamadeh.
