Los republicanos le arrebataron la Cámara de Representantes a los demócratas en las elecciones intermedias este miércoles.
Hasta antes de las elecciones del nueve de noviembre, los republicanos ocupaban 212 escaños en la Cámara de Representantes, frente a los 220 de los demócratas que les daban la mayoría.
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Sin embargo, los republicanos ganaron seis escaños más para lograr la mayoría y tener ahora a 218 congresistas, el mínimo necesario para garantizarse el poder en esa Cámara, cuando todavía faltan otros ocho asientos por determinar.
Los demócratas, por su parte, cuentan de momento con 210 escaños y acumulan una pérdida neta de 11 asientos respecto a los anteriores comicios, según proyecciones de The New York Times y The Washington Post.
Los demócratas han tenido la mayoría desde 2018, cuando tomaron el control durante las elecciones intermedias del gobierno del entonces presidente Donald Trump.
Con el triunfo, los republicanos elegirán al nuevo presidente de la Cámara de Representantes, que asumirá el poder el 3 de enero de 2023. Además, estarán al frente de todas las comisiones y podrán decidir qué iniciativas van al pleno de la Cámara Baja.
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Las proyecciones anteriores a las elecciones de este martes no favorecían a los demócratas y apuntaban a que los republicanos los superarían en al menos una de las Cámaras legislativas.
La historia también les daba motivos a los republicanos para ser optimistas. En la era moderna, el partido que llega a la Casa Blanca ha perdido escaños legislativos en prácticamente todos los comicios de mitad de mandato del primer periodo de un presidente.
