Elecciones intermedias en EU: perder el control legislativo puede paralizar la agenda de Biden el resto de su mandato

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En las elecciones de mitad de mandato que se celebran este martes 8 de noviembre, los demócratas se juegan el control de la Cámara de Representantes y del Senado. De perder el control del Congreso, la lectura sería una revés para la administración de Joe Biden, que enfrentaría problemas para sacar adelante iniciativas y leyes, así como para asignar recursos.

Las elecciones intermedias se verán influidas por temas como la legislación sobre el aborto en Estados Unidos y las investigaciones que enfrenta el expresidente Donald Trump en sus negocios y por el asalto al Capitolio.

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Los republicanos y demócratas se enfrentan cada dos años en las elecciones legislativas, en donde se disputan los 435 lugares en la Cámara de Representantes y 35 de los 100 escaños de los senadores.

Este 2022, el principal reto de los demócratas es mantener el control en el Senado y la Cámara de Representantes, presidida por Nancy Pelosi, para poder influir en decisiones como una legislación que ampare el derecho al aborto en todo el país.

Sin embargo, las proyecciones no les favorecen y apuntan a que perderán la mayoría en al menos una de estas. La historia también les da a los republicanos motivos para ser optimistas. En la era moderna, el partido que ha llegado a la Casa Blanca ha perdido escaños legislativos en prácticamente todos los comicios de mitad de mandato del primer periodo de un presidente.

La Cámara de Representantes podría pasar a manos republicanas

Actualmente, los republicanos ocupan 212 escaños en la Cámara de Representantes, frente a los 220 de los demócratas, que actualmente tienen mayoría. 

Sin embargo, las encuestas indican que los papeles se podrían invertir, pues los republicanos sólo necesitan cinco escaños más para lograr la mayoría y lograr al menos 217 congresistas, después de que los demócratas perderían hasta 14 lugares en la Cámara de Representantes

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Los demócratas han tenido la mayoría desde 2018, cuando tomaron el control durante las elecciones intermedias del gobierno del entonces presidente Donald Trump. Si los republicanos ganan la Cámara Baja, elegirá a un nuevo presidente de la Cámara de Representantes y asumirá el poder el 3 de enero de 2023. Estarán al frente de todas las comisiones y decidirán qué iniciativas van al pleno de la Cámara de Representantes.

El líder republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, ya ha presentado su plan “Commitment to America” (“Compromiso con Estados Unidos”), un conjunto de políticas económicas, de seguridad fronteriza y otros temas que el Partido Republicano presentaría en los primeros días del siguiente Congreso.

Un regreso al poder de los republicanos sería un triunfo para Trump, que ha luchado contra los intentos que encabezan los demócratas de hacerlo rendir cuentas por la insurrección en el Capitolio del 6 de enero de 2021.

La gran mayoría de los republicanos que se tiene previsto regresen a Washington el próximo año, así como una buena parte de aquellos que esperan ganar un primer periodo, son leales a Trump y han seguido su ejemplo en sus políticas y posturas.

Las prioridades demócratas, encabezados por el presidente Joe Biden, como el acceso al aborto, el combate al cambio climático y un mayor control en la venta y tenencia de armas de fuego, quedarían marginadas de inmediato. Y la mayor parte de, o toda, la agenda del presidente Biden quedaría prácticamente muerta para los últimos dos años de su mandato.

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De todas formas, nada pasa a ser ley sin la firma de Biden. Las iniciativas para financiar al gobierno, elevar el límite de la deuda y lidiar con temas militares son necesarios para que el gobierno funcione. Esas iniciativas posiblemente se convertirán en puntos álgidos durante las negociaciones entre republicanos, demócratas y la Casa Blanca.

Biden, quien fue senador durante décadas, a menudo ha presumido sus antecedentes en pactos bipartidistas y ha dicho que quiere trabajar con los republicanos. Pero un Congreso republicano que ha hecho de su oposición a Biden su máxima prioridad no tendría muchas ganas de hacerlo.

El Senado, con una pequeña ventaja para los demócratas

Aunque el control del Senado podría ser para cualquiera después de los comicios, es probable que el partido mayoritario tenga una muy pequeña ventaja. Eso significa que Biden podrá ser capaz de encontrar un poco más de puntos en común en esa Cámara, sin importar quién la controle. La mayoría de los logros legislativos de Biden durante su gobierno han sido resultado de negociaciones bipartidistas en el Senado.

De cualquier forma, una Cámara Alta bajo control republicano podría aprobar iniciativas que le envíe una Cámara baja de mayoría republicana, aplicándole presión política a Biden. Y el Partido Republicano podría recuperar el control de las comisiones y, con ello, el poder de llevar a cabo investigaciones y supervisar al gobierno.

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Un Senado republicano también podría complicarle las cosas a Biden al bloquear o demorar la aprobación de los nominados por el presidente para puestos en la rama judicial y en la ejecutiva.

Si los demócratas conservan el Senado y los republicanos ganan la Cámara de Representantes, será improbable que las dos cámaras encuentren muchos puntos en común. Pero los republicanos podrían intentar persuadir a los senadores demócratas moderados en algunas iniciativas.

Si los demócratas fueran capaces de conservar la mayoría en ambas cámaras, posiblemente reanudarían las negociaciones en algunos de los temas de la agenda de Biden que nunca fueron aprobados, incluyendo su nuevo paquete de programas sociales y económicos que se estancó en medio de desacuerdos internos entre demócratas.

Mientras que para el Senado, las estimaciones apuntan a un empate entre ambos partidos, en donde los republicanos mantendrían sus 50 escaños y los demócratas sumarían dos lugares para tener también 50 legisladores. 

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Los temas clave para los votantes

La inflación, la decisión de la Suprema Corte sobre el aborto y las investigaciones que enfrenta el expresidente Trump en sus negocios y por el asalto al Capitolio, serán temas clave para que los electores tomen su decisión.

Además, la polarización impera entre los republicanos y demócratas al hablar de las armas, la migración y el aborto.

En los comicios también se realizarán las consultas estatales sobre la legalización de la marihuana en Arkansas, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Missouri y Maryland, un tema de debate entre ambos partidos.

Joe Biden tiene actualmente un 42.3% de aprobación frente a un 53.6% que lo desaprueba, de acuerdo con cifras publicadas por Fivthirthyeight.

Con información de EFE y AP

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