El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) aseguró este lunes que las medidas del gobierno federal para controlar la inflación tienen pocos efectos, porque esta continúa acelerándose y el crecimiento económico parece estancarse.
A través de un comunicado, el sector privado señaló que, aunque subir las tasas de interés ha sido un instrumento para contener la inflación, su impacto es moderado debido a la baja penetración del crédito en la economía.
Indicó que el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para regular los precios, no ha tenido resultados importantes al nivel de la inflación general, aun cuando los participantes privados han mantenido sus compromisos.
“La razón es que el Índice Nacional de Precios al Consumidor, que mide la inflación, incluye muchos otros bienes, marcas, presentaciones y puntos de venta que los contemplados en el programa, así como muchos otros rubros genéricos, y la mayoría continúan subiendo de precio”, señaló el CCE.
El Consejo recordó que el presidente López Obrador se reunió con empresarios el pasado 21 de septiembre, con el fin de persuadirlos de la necesidad de reforzar el control de precios y frenar el encarecimiento.
“Quizá con ello se pueda contener el alza de un grupo de bienes de la canasta básica pero que es reducido, por lo que será difícil que tenga efectos significativos sobre la inflación general”, señaló.
Destacó que recientemente la Secretaría de Economía presentó un esbozo de política industrial “Rumbo a una Política Industrial”, que consiste en un conjunto de aspiraciones o procesos que se observan en economías avanzadas.
“El documento tiene un enfoque ‘dirigista’ del Estado, pero realmente no señala acciones específicas ni quienes serán los responsables de ellas. Conceptualmente, preocupa que señala sectores ‘estratégicos’ específicos y propone estímulos fiscales”, criticó el CCE.
Con ello, el sector empresarial afirmó que aunque el paquete contra la inflación y la propuesta de política industrial se interpretan como una política de reactivación económica, “más allá de sus virtudes o defectos, son insuficientes para abatir la inflación y generar crecimiento con la celeridad que requiere la economía”.
Para el sector privado, para frenar la inflación es necesario corregir los problemas existentes y reducir los costos que perjudican la actividad económica, como abatir costos injustificados que entorpecen y encarecen las diversas fases de la producción, distribución y comercialización de mercancías.
El mes de agosto cerró con una inflación general anual de 8.7%, su nivel más alto desde diciembre del año 2000, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
