Foto: Alina Navarrete
Por Alina Navarrete Fernández/Corresponsal
Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa lanzaron piedras, cohetones, estrellaron e incendiaron un camión de una empresa privada en la puerta principal del 27 Batallón de Infantería con sede en Iguala, Guerrero, para exigir la detención de los militares involucrados en los ataques del 26 y 27 de septiembre del 2014.
Lo anterior, durante el tercer día de la jornada de protestas a ocho años de la desaparición de los 43 normalistas y el asesinato de los estudiantes Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, y otras tres personas.
En la manifestación de este miércoles, madres y padres de los normalistas desaparecidos encabezaron un mitin, acompañados de activistas e integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, donde reclamaron que todavía no se ejecutan las 83 órdenes de aprehensión en contra de actores que participaron en los hechos, de las cuales 20 son de soldados del 27 Batallón de Infantería de Iguala.
El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, acusó que hay pruebas de que los militares participaron en la desaparición forzada de los estudiantes y su presunto asesinato, mismo que de acuerdo con pruebas “objetivas” fue ordenado por un coronel.
Advirtió que más protestas no cesarán “hasta ver en la cárcel a estos militares asesinados”; mientras que Joaquina García Velázquez, madre del normalista desaparecido Martín Getsemany Sánchez García, reclamó que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha mentido a las familias de las víctimas.
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Reprochó que las madres y padres de los jóvenes tienen una “verdad histórica” creada por la administración pasada y un informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa al que “no le creemos” pues concluye también que sus hijos fueron asesinados, sin indicar dónde están y presentar pruebas científicas.
Al finalizar el mitin, los normalistas comenzaron a arrojar piedras y cohetones a las instalaciones castrenses; también estrellaron un camión de una empresa privada en la puerta principal y luego, lo incendiaron antes de retirarse. Durante la protesta no intervinieron elementos del Ejército.
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