Por Gerardo Martínez
El día internacional del portero se celebra el 14 de abril, pero el 10 de septiembre de 2022 quedó enmarcado por acciones heroicas de tres guardametas latinos.
Primero, en Cádiz, el argentino Jeremías Ledesma corrió a toda velocidad por un desfibrilador a la banca de su equipo para, acto seguido, lanzarlo a un médico a la tribuna para que éste asistiera a una persona que se encontraba en situación cardiaca crítica. No era su familiar, pero el denominado ‘Conan’ actuó como si lo fuera y merece una medalla por su comportamiento. De hecho, poco importó que recibiera cuatro goles del Barcelona, porque él fue la verdadera figura del encuentro al ayudar puntualmente para salvarle la vida.
“Se reanimaba, se volvía a caer, pero al final consiguieron estabilizarlo”, dijo Manuel Vizcaíno, presidente del Submarino Amarillo al término del encuentro en el Estadio Nuevo Mirandilla.
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De España nos trasladamos a Querétaro, donde de último suspiro (90’+9) Carlos Acevedo, quien busca subirse al barco tricolor para Qatar 2002, fue el ‘milagro’ perfecto de Santos Laguna para sentenciar un trepidante 3-3 ante los Gallos Blancos con un valiente cabezazo en La Corregidora.
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Acevedo, comparado por su ‘look’ con Richard Tex-Tex, figura de la caricatura ‘Supercampeones’, se estrenó en la Liga MX con un don que quizás nunca había soñado: el de artillero.
Y si de cancerberos que anotaban su primer gol en Primera División se trataba, Julio González se unió a la fiesta, encarnando la revancha perfecta, propia de su posición. Primero, el grip (agarre) de sus guantes y la técnica de bloqueo le fallaron y permitió el 2-1 del Toluca con un error que pareció de novato y que lo hizo lamentarse sobre el césped del Nemesio Díez, pero con sed y coraje de lavar su falla, el ‘1’ de Pumas acudió a la épica para conectar la última pelota del encuentro, servida con la clase de Dani Alves para sellar un apoteósico 2-2.
En el ‘Infierno’ se selló la gloria de un arquero que enmendó su ‘oso’, pero que antes tuvo como inspiración el gallardo ejemplo de dos compañeros de ‘profesión’ que cada partido se juegan el todo por el todo bajo los tres palos y quienes acabaron poniéndose la capa de superhéroes, descubriendo una faceta inédita que no fuera la de atajar y evitar goles en sus marcos con asombrosos reflejos.
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