De Heidi a Cristo Fernando: la Sedena responde con desinterés e impunidad a los asesinatos de civiles cometidos por soldados

Por Montserrat Peralta

La noche del miércoles, Heidi Mariana, de cuatro años, murió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, por balas disparadas por soldados. El Ejército, acusan los familiares de la niña, ha buscado deslindarse de toda responsabilidad.

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Este asesinato se suma a los cometidos por el Ejército en la administración de Andrés Manuel López Obrador. Los casos de homicidios se caracterizan por irregularidades en la investigación, nula responsabilidad del Ejército bajo el argumento de la legítima defensa, obstáculos para las familias de las víctimas y la búsqueda de desistimiento a través de la entrega de dinero.

Latinus tuvo acceso a las carpetas de investigación de dos ejecuciones cometidas por militares. 

Uno de los expedientes investiga la muerte en Sonora del adolescente Cristo Fernando Ochoa Yee y su novia, que en enero del año 2000 encontraron un retén militar y fueron seguidos y asesinados por soldados.

El otro caso es el de Julio César Espinosa que, en agosto de 2018, circulaba en su camioneta en Nuevo Laredo, Tamaulipas, mientras elementos militares e integrantes de crimen organizado estaban en un enfrentamiento. Las balas lo alcanzaron a él y a su acompañante, pero según los ángulos de los tiros los soldados habrían sido los responsables.

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