Rusia instalará nuevas bases navales tras doctrina aprobada por Putin que considera a EU su mayor amenaza

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Foto: AP

EFE.- Rusia anunció este martes planes de crear nuevas bases militares en el mar Mediterráneo, la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el golfo Pérsico en el marco de la nueva doctrina naval aprobada por el presidente, Vladímir Putin, y que considera a Estados Unidos como la mayor amenaza para su seguridad.

Moscú ve como el “principal riesgo” para su Armada la falta de suficientes bases fuera de sus fronteras que puedan recibir y abastecer a sus buques y realizar labores de reparación y mantenimiento técnico.

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Además de garantizar la presencia permanente de la flota rusa en la base naval de Tartus, en Siria, Moscú quiere desarrollar centros de mantenimiento naval “en territorio de otros países de la región”, lo que incluye a países africanos y de Oriente Medio.

Esas bases se abrirán también en países de la cuenca del Pacífico e Índico, y en el mar Rojo, con cuyos países Rusia intenta desde hace años forjar una cooperación estratégica como alternativa a sus tradicionales socios europeos, a los que está enfrentado por la campaña militar en Ucrania.

El Kremlin se dispone a solucionar una de las principales carencias de su flota desde hace décadas, la construcción de portaaviones.

En particular, la doctrina menciona el interés en desarrollar la cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak.

Precisamente, considera que el mayor desafío para su seguridad nacional es la estrategia de Estados Unidos de dominar los océanos, lo que incluye restringir a Rusia el acceso a los recursos y las comunicaciones oceánicas.

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Moscú acusa a Washington de perseguir la “hegemonía incontestable” de su Armada, lo que va acompañado de pretensiones territoriales de costas e islas rusas, el acercamiento de la infraestructura de la Organización del Tratado Atlántico del Norte (OTAN) y el incremento de las maniobras navales.

Por todo ello, Rusia también se propone acelerar y diversificar sus actividades en aguas árticas desde los archipiélagos de Nueva Zembla, Francisco José y Svalbard (de soberanía noruega), o la isla de Wrangel.

Una de las prioridades del Kremlin será convertirse en uno de los líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental rusa, a lo que aspiran también otros países, que acusan a Rusia de militarizar la región.

Y también controlar las actividades de otros países en la conocida como Ruta Ártica, que Putin propone como alternativa al Canal de Suez.

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