Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Salazar eran personas “entregadas a su misión, a la reconciliación y a la paz” en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, un lugar donde el tejido social estaba dañado y donde nadie quería estar, aseguró el rector de la Universidad Iberoamericana, Luis Arriaga Valenzuela.
El también sacerdote jesuita recordó a sus compañeros, asesinados el lunes, en la comunidad de Cerocahui. En entrevista en W Radio con el periodista Carlos Loret de Mola expresó que eran “seres muy queridos” en su comunidad y que estuvieron muchos años presentes entre la comunidad rarámuri, en la Sierra Tarahumara. Calificó al sitio como olvidado debido a la marginación y a la violencia.
“Eran muy queridos estos sacerdotes que estuvieron presentes por muchos años, allí, en los pueblos indígenas, en comunidades prácticamente olvidadas (…) Estamos muchas veces donde nadie quiere estar, los conocí y los conocí bien. Fueron siempre personas que se dedicaron a construir comunidad y restablecer la justicia y el amor en esa región”, dijo Arriaga Valenzuela en entrevista.
Javier y Joaquín eran intachables, continuó el rector de la Ibero, tenían un compromiso con la paz y la reconciliación en lugares donde el tejido social estaba sumamente dañado.
Durante la entrevista con Loret de Mola, el rector recordó que Campos era mejor conocido por su apodo, “El Gallo” y que, al igual que Joaquín, se habían ganado el afecto en la comunidad rarámuri.
“Tenemos un profundo dolor y consternación por los homicidios que se cometieron contra nuestros hermanos, Javier, ‘El Gallo‘, así le decíamos, y Joaquín Mora Salazar, ocurrió el día de ayer en el templo de la comunidad de Cerocahui“, lamentó.
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Además, Arriaga Valenzuela se sumó a la exigencia para que el Estado esclarezca los hechos, pues estos sacerdotes “entregaron su vida en la misión de la Tarahumara“.
“Es una comunidad rarámuri, sucedió a las dos o dos y media de la tarde, condenamos el homicidio y sobre todo la desaparición de los cuerpos de estos dos hermanos jesuitas.
El rector pidió a la población que pueda tener información sobre el paradero de los cuerpos de los sacerdotes, informen a la comunidad Jesuita de México.