Neymar festeja un gol con Raphinha y Lucas Paquetá con un baile sincronizado. (Foto: Reuters).
EFE.- Con comodidad, sin forzar en exceso a sus finalistas de Champions y con un Neymar que finalmente jugó, fue el corazón del ataque y anotó un doblete, Brasil goleó hoy con comodidad por 1-5 a una Corea del Sur.
El primer gol llegó con los “Taeguk warriors” tan pendientes de las marcas al hombre sobre Neymar, Richarlison o Paquetá que le dejaron a Alex Sandro una autopista para entrar por el costado izquierdo del área.
Su pase cruzado lo remató cómodamente Fred y el balón entró tras una carambola en la que intervinieron Richarlison, que se apuntó el tanto, y el portero Kim Seung-gyu, que apenas pudo desviar a la red.
Tras sufrir un golpe en el pie derecho en la víspera que hizo dudar de su presencia hoy e incluso hizo temer de nuevo por su metatarsiano, Neymar finalmente estuvo hoy en Seúl, donde fue sin duda el mariscal a cargo de las ofensivas de Brasil.
Casi de la nada llegó a la media hora el gol surcoreano después de que Hwang Ui-jo controlara de espaldas dentro del área y, ayudado por una mala cobertura de Thiago Salva, lograra girarse y marcar de disparo cruzado.
A Brasil, que no esperaba el empate dada la escasa producción de Corea del Sur, le bastó meter media marcha más para volver a adelantarse y marcar el tercero antes del descanso, obra de Neymar.
Con la verdeamarela de nuevo lanzada sobre el área asiática y Corea del Sur tratando de achicar, Lee Yong llegó muy tarde a un cruce con Alex Sadro y el VAR no dejó duda antes de que Neymar anotara la pena máxima con parsimonia.
Todo siguió igual tras la reanudación; Paquetá perdonó otra vez tras un exquisito pase de Neymar y en la siguiente jugada, de nuevo con el del PSG como director de orquesta, el VAR detectó otro penalti de Kim Young-gwon sobre Alex Sandro.
Tras realizar el mismo amago desde los once metros, Neymar batió otra vez a Kim por el flanco derecho con toda la calma del mundo.
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El Estadio Mundialista de Seúl, eso sí, pudo ver entrar en acción a falta de 20 minutos a otros dos finalistas de la Champions de este año, Fabinho y Vinícius, aplaudido especialmente este último al saltar al césped.
El madridista tuvo tiempo de hecho para hacer diabluras por su costado y a punto estuvo de marcar, al igual que Raphinha, que estrelló en el poste una rosca con la zurda desde fuera del área.
Con Tité usando todo el fondo de armario posible para dar descanso a sus titulares, Phillipe Coutinho se encontró un pésimo rechace surcoreano en boca de gol y no perdonó el cuarto.
Hubo tiempo al menos para que Son, flamante bota de oro de la Premier, forzara una estirada de Weverton con un latigazo desde lejos que deparó los aplausos de una grada volcada con su ídolo, y de que Gabriel Jesus hiciera el quinto con pasmosa facilidad ante una defensa surcoreana que claramente parece falta de ritmo competitivo.
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