El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este martes que la supremacía blanca no tiene lugar en el país y “no tendrá la última palabra” durante una visita a Buffalo, Nueva York, donde el fin de semana un joven perpetró un ataque con motivaciones racistas que dejó 10 muertos.
El presidente criticó el uso del discurso de odio para obtener ganancias políticas. “Piensan que serán reemplazados por seres inferiores, pero es una mentira que rechazó y llamó a todos los estadounidenses a rechazarla. Condeno a todos aquellos que usan esa mentira para obtener poder, la ventajas política y la ganancias”, dijo.
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“El supremacismo es un veneno corriendo sobre nuestro cuerpo político. Al que se le ha permitido crecer y nutrirse delante de nuestros ojos. Y no más”, dijo el presidente y recordó los incidentes de violencia racial en El Paso, Charleston, Pittsburgh y esta misma semana en Dallas.
“Lo que sucedió aquí es simple y claramente terrorismo. Terrorismo doméstico. Violencia infligida al servicio del odio y una perversa sed de poder que define a un grupo de personas”, afirmó el presidente y aseguró que está ideología no representa lo que es el pueblo de Estados Unidos.
“Odio, que a través de los medios, la política, Internet, ha radicalizado a individuos enfadados, alienados, perdidos y aislados haciéndoles creer falsamente que serán reemplazados”, dijo Biden al referirse a la teoría del reemplazo que se ha vuelto popular entre la derecha, la cual asegura, sin fundamento, que las personas blancas están siendo superadas intencionalmente por otras razas a través de la migración o tasas de natalidad más altas.
“La ideología de la supremacía blanca no tiene cabida en Estados Unidos (…) Y el silencio es complicidad. No podemos permanecer en silencio”, dijo el mandatario.
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“La maldad no ganará, el odio no prevalecerá, la supremacía blanca no tendrá la última palabra”, dijo el presidente Biden, que remató su discurso afirmando que Estados Unidos “nunca se inclines, nunca se dobla, nunca se rompas”.
También abordó el problema de la violencia que provocan las armas, por lo que llamó al Congreso a apoyar sus medidas para endurecer los controles de la venta de armas.
“Podemos mantener las armas de asalto fuera de nuestras calles, lo hicimos una vez y la violencia bajo, los tiroteos bajaron (…) No podemos evitar que las personas se radicalicen hacia la violencia, pero podemos abordar la explotación implacable de Internet para reclutar y movilizar terroristas“, afirmó.
